El último informe de la ONU sobre la tortura y la brutalidad policial en México debe ser aceptado por el presidente del país Enrique Peña Nieto para que aplique todas las recomendaciones formuladas, afirmó la directora del Programa Regional de Amnistía Internacional para América, Erika Guevara-Rosas.
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"La Policía y los soldados han recurrido habitualmente a la tortura para castigar, extraer información, o confesiones falsas a los detenidos. Con frecuencia, se obliga a las víctimas a firmar declaraciones bajo tortura y, en muchos casos, se las condena únicamente sobre la base de tales declaraciones", lamenta la experta.
Al mismo tiempo, Guevara-Rosas destacó dos ejemplos de tales prácticas en el país. Se trata de Ángel Colón, que fue sometido a simulacros de asfixia, humillado y golpeado por soldados y a quien le costó unos cinco años conseguir un examen forense adecuado para documentar la tortura. Por otro lado, la funcionaria recordó el caso de Claudia Median, torturada y sometida a violencia sexual por los militares de la Marina.
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