Decenas de miles de españoles de diversos puntos del país han comenzado a dirigirse a la Comunidad de Madrid con el objetivo de secundar y culminar la protesta el próximo sábado 21 de marzo a las cinco de la tarde en la zona de Atocha de la capital de Españapara posteriormente desplazarse hasta la céntrica plaza de Colón, informa el grupo en su sitio web. Según la organización Marchas de la Dignidad, que presentó el pasado miércoles en rueda de prensa la protesta que tendrá lugar los días 19, 20 y 21 de este mes, "las razones para la movilización continúan más vigentes que nunca".
"El Gobierno vende humo. Tenemos al 30% de la población sumida en la pobreza, a 600.000 familias desalojadas de sus viviendas, a cinco millones de personas en paro, a medio millón de jóvenes que se han tenido que marchar al extranjero a buscarse la vida. Continúan los recortes en salud, en educación, en dependencia, tenemos 12 muertes diarias de enfermos de hepatitis. La situación social que vivimos es un crimen contra la gente", sostiene el portavoz de la plataforma Javier García, quien hace hincapié en que España continúa "en una situación de emergencia social".
Cerca de 300 colectivos de diversa índole y organizaciones sindicales se hallan detrás de esta movilización, que pretende ser la primera de varias este año y que alcanzará su punto álgido con el intento de huelga general en octubre de este año, informa La Marea.
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"Sabemos que el bipartidismo y la Troika seguirán aplicando recortes y políticas de sufrimiento. Por ello hacemos un llamamiento a echarles y a que las movilizaciones sean masivas en la calle", sostiene la plataforma.
El año pasado la organización convocó las primeras Marchas de la Dignidad, las cuales culminaron el sábado 22 de marzo de 2014 en Madrid con más de un millón de personas manifestándose contra las políticas del Gobierno. Como las anteriores, las marchas programadas para el próximo sábado exigen no pagar la deuda para poder garantizar los servicios públicos y los derechos sociales. Entre otras reivindicaciones, la de "pan, techo y trabajo" se suma a la repulsa a la 'ley Mordaza', que criminaliza la protesta social y restringe la libertad de expresión, y al Tratado Transatlántico de Libre Comercio e Inversión (TTIP) entre EE.UU. y la UE.
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