Pekín está reafirmando su poderío en el Pacífico no solo aumentando la presencia de sus fuerzas en la región, sino también equipándolas con un armamento sofisticado, destaca Majumdar en el artículo y selecciona las cuatro novedades chinas que, desde su punto de vista, potencialmente pueden representar una amenaza esencial para la Armada estadounidense.
J-20
El Chengdu J-20 es un caza furtivo bimotor de quinta generación. Está dotado de un sistema de rastreo óptico-electrónico destinado a aumentar la eficacia de los ataques a tierra. Su bahía armamentista principal está diseñada para albergar misiles aire-aire tanto de corto como de largo alcance, mientras cuenta con dos bahías laterales más pequeñas para misiles de corto alcance. El caza realizó su primer vuelo de prueba en enero del 2011 y se espera que para los años 2017-2019 ya esté operativo.
YJ-12
El YJ-12 es un misil antibuque supersónico de crucero, con un alcance de hasta 400 kilómetros. Hay varias versiones, que se pueden lanzar desde el aire, buques y submarinos.
HQ-9
China cuenta con uno de los sistemas de defensa aérea más formidables que existen. El HQ-9 tiene dos modificaciones: una terrestre y otra naval que pueden equiparse con misiles antirradar. El sistema tiene un alcance operacional de 200 kilómetros. Sus misiles alcanzan una velocidad de 4,2 Mach y pueden derribar blancos a una altura de 27 kilómetros.
No es casualidad que Turquía, estado miembro de la OTAN, escogiera el HQ-9 para satisfacer las necesidades del programa nacional de defensa antiaérea T- LORAMIDS, a pesar de que será difícil integrarlo en el equipamiento turco de la OTAN. A pesar de todas las críticas por parte de Washington, Ankara permanece firme en su decisión.
Submarino 039A
Submarino del tipo 039A (o clase Yuan, según la OTAN) es el primer sumergible dieseleléctrico chino de producción propia equipado con un sistema de propulsión independiente del aire que le da un rango extendido bajo el agua. De momento, "los modelos de submarinos que Pekín fabrica no son muy sofisticados", pero son "una señal del progreso chino", destaca Majumdar.