Cuando la península de Crimea formaba parte de Ucrania, el tamaño de la flota rusa en el Mar Negro era limitado, según el artículo publicado en Defense News.
"Para el año 2010, la Flota del Mar Negro no había recibido buques nuevos en los últimos 25 años, convirtiéndose en un montón de piezas de museo. Ucrania persistentemente trató de exprimir las tropas rusas de Sebastopol o minimizar su presencia", señaló Mijaíl Barabanov, experto del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías.
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Ahora, el Ministerio de Defensa de Rusia tiene la intención de rejuvenecer esa flota, entregándole cuatro submarinos diesel-eléctricos, seis fragatas, seis buques de patrulla y al menos nueve corbetas. En general, para 2020 la flota recibirá cerca de 30 buques de guerra que no sólo patrullarán el Mar Negro, sino que también se sumarán a la escuadra del Mediterráneo.
"La guerra civil en Siria, el conflicto palestino-israelí, el levantamiento de los movimientos radicales islámicos en la región, todo eso está en la esfera de intereses estratégicos de Rusia, que ve en las fuerzas navales una manera de influir en la situación de la región", opina Dmitri Gorenburg, experto del Centro estadounidense de análisis marítimo militar CNA.
"Eso da la señal a otros países de la región de que Rusia es nuevamente una fuerza significativa, y contribuye a los potenciales contratos de compra de armas rusas por parte de países como Egipto y Argelia", añadió Gorenburg.