Teltschik, asesor del excanciller Helmut Kohl, participó en una conferencia dedicada a temas de seguridad europea que tuvo lugar en la sede de la Fuerza Internacional de Reacción Rápida en la ciudad alemana de Ulm. En su discurso, hizo un llamamiento a cambiar, "aunque sea difícil", la visión de la situación en Ucrania.
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"No cambiaremos a Rusia con sanciones", afirmó el político alemán durante la conferencia, según lo cita 'Südwest Presse'.
En su opinión, una Rusia débil representa una amenaza mucho mayor para Occidente que una Rusia fuerte, y lo que habría que hacer es crear, junto con Moscú, una zona global de seguridad.
Teltschik considera que, tras el colapso de la Unión Soviética, Europa tuvo la oportunidad de participar en el desarrollo de un nuevo orden mundial, pero la perdió, cediendo el liderazgo a EE.UU.
"Durante diez años, solo hemos tenido una potencia mundial, EE.UU.", sostuvo el político alemán.
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Asimismo, recordó que en la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa, que se celebró en 1990 en París, 35 jefes de Estado firmaron un nuevo estatuto de la paz, donde figuraba la idea de la creación de una zona de seguridad que se extendiera desde Vancouver hasta Vladivostok.
De haberse hecho realidad aquella idea, puede que la crisis de Ucrania nunca hubiera existido, señala Teltschik. Sin embargo, añade, "la oportunidad se perdió".
A juicio del político, presionar a Rusia es inútil y no tiene sentido. "Esto tiene que ver con el alma rusa, con las necesidades de seguridad del país y su autoestima", y también con las guerras por las que tuvo que pasar, "desde los tártaros hasta Napoleón y Hitler", explica Teltschik.
"Por lo tanto, Putin no dará marcha atrás", aunque eso afecte a la economía y política interna, subraya.
Entretanto, prosigue el exasesor de Kohl, "una Rusia débil y un Putin débil serían más peligrosos para Europa y Occidente" que una Rusia fuerte.
A su juicio, no hay otra alternativa que "poner fin a las sanciones contra Moscú y adoptar una nueva política de distensión".
"Putin ha señalado en varias ocasiones que está dispuesto a hablar", y ahora es Occidente el que tiene que tomar una decisión, concluye.
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