La ausencia más resonante es sin duda la del rey de Arabia Saudita, Salman ben Abdelaziz, quien canceló su visita y mandó a dos príncipes que ocupan los cargos de ministro de Interior y ministro de Defensa. Pero no fue el único en rechazar la invitación, ya que de los seis jefes de Estado solo dos, Kuwait y Catar, acudieron a la cita. Los otros ausentes son el sultán de Omán, Qabus Bin Said Al Said, representado por el viceprimer ministro; el presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Jalifa Bin Zayed Al Nahyan, excusado por problemas de salud y el rey de Baréin, Hamad Bin Isa Al Jalifa, quien rechazó la invitación de Obama para presenciar una carrera de caballos en Reino Unido.
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El analista político Robert Valenci, por su parte, expresó a RT que la negativa de estos mandatarios de los países del Golfo de tomar parte en la cumbre se debe al acuerdo de Washington con Irán sobre su programa nuclear y con este gesto quieren demostrar su inquietud por la creciente influencia del país persa en la región.
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Hay que destacar que muchos analistas también señalan que en estos 4 meses desde su asunción, el nuevo rey de Arabia Saudita, ya ha desafiado a la Administración de Obama tomando decisiones como la de crear un nuevo conflicto e intervenir directamente en Yemen por un lado y por otro reavivar el conflicto en Siria, brindando nuevo apoyo a los grupos de la oposición en este país incluidos el Frente Al Nusra, que es una filial de Al Qaeda. Y aunque las autoridades sauditas tratan de negarlo esto parece ser una nueva demostración de poder en la alianza de intereses con EE.UU., que claramente no está pasando estos días por su mejor momento.