La pesadilla de Fukushima no ha hecho más que comenzar
Pese a que poco a poco la central nuclear de Fukushima, destruida por un tsunami en 2011 ha ido desapareciendo de la actualidad informativa, la realidad es que el problema está lejos de resolverse. Dado que la mayor parte de la central se encuentra bajo el agua y teniendo en cuenta los niveles de radiación altísimos que se registran se ha vuelto increíblemente difícil, costosa y duradera la tarea de neutralizar el reactor destruido. Otro problema es que la empresa TEPCO, responsable de la limpieza de la contaminación, se ha mostrado poco fiable. Uno de sus recientes escándalos reveló en febrero pasado que la empresa tardó diez meses en informar de las fugas de agua de lluvia radiactiva en el drenaje de la central.
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Desarrollar armas nucleares no es tan fácil
Algunos temen que varios países puedan desarrollar armas nucleares sin que el resto del mundo sea consciente de ello. Pero la realidad es la contraria: es imposible desarrollar armas nucleares sin llamar la atención de la comunidad internacional. Son necesarias grandes cantidades de dinero, tiempo, material radiactivo y científicos con conocimientos muy especiales. Además, un país que quiera armas nucleares tendría que comprar o robar de alguna manera las sofisticadas tecnologías de los centrífugos, protegidas estrictamente por los países que gozan de ellas. Es decir, convertirse en una nueva potencial nuclea no es imposible, pero es tarea difícil.
Nadie está a salvo de las fugas nucleares
No solo es en Fukushima donde se generan fugas de material radiactivo. En febrero de este año se produjo también una fuga en la ciudad de Carlsbad, el único lugar de almacenamiento permanente de desechos nucleares en EE.UU., que afectó al menos a 13 personas aunque hasta ahora no se conozca su estado. Y no es el único caso. Otro ejemplo lo constituye la reserva nuclear Hanford, en el estado de Washington, que, pese a que ya está cerrada, sigue siendo un peligro pues sus tanques tienen fugas.
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¿Dónde guardar los deshechos nucleares?
Considerando los peligros de las fugas, no es de sorprender que nadie quiera guardar desechos nucleares cerca de su casa. En este sentido el presidente estadounidense Barack Obama bloqueó personalmente un proyecto de almacenar desechos nucleares en Yucca Mountain pese a la presión de las filas republicanas. Con todo, los desperdicios nucleares se producen constantemente, así que alguien tiene que guardarlos en algún lugar.
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La radiación se encuentra en todas partes
No solo los desastres o fugas silenciosas provocan emisiones de radiación que afectan a la población. La radiación siempre está a nuestro alrededor. Según la estimación de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU., es el gas radiactivo radón la segunda mayor causa de cáncer de pulmón en este país después del tabaco, cobrándose 20.000 vidas al año. El problema es que el radón se forma al desintegrarse el uranio y el uranio está presente en todo el planeta.
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La fusión fría, ¿mito o realidad del futuro?
Desde hace dos décadas los físicos de todo el mundo buscan comprobar la teoría que asegura que es posible la reacción de fusión fría, es decir la reacción nuclear de fusión que se produce en condiciones ambientales ordinarias. Hasta ahora las reacciones nucleares exigen temperaturas y presión muy elevadas. En caso de que los científicos lograran realizar la fusión fría, cada hogar podría tener su propio reactor nuclear para producir energía, tal como propone la NASA. Pese a que los científicos a menudo reportan sus avances en este campo, no se ha pasado de la teoría.
¿Cómo de peligrosa es la baja radiación?
Hay veces en que las conclusiones de los investigadores sobre los efectos de la radiación son absolutamente contradictorias. Mientras unos afirman que toda radiación, incluso a niveles muy bajos, es peligrosa y hay que evitarla siempre que no sea absolutamente necesaria para tratamiento médico (como para curar cáncer); otros, en cambio, sugieren que incluso estar mucho tiempo expuesto al impacto de bajos niveles de radiación no es peligroso. Algunos incluso estiman que pequeños impactos de radiación pueden ser beneficiosos porque estimulan el sistema inmunitario humano, según Listverse.
No son solo Hiroshima y Nagasaki; 2.000 bombas atómicas ya han explotado
En las siete décadas de existencia de las bombas nucleares, países como Rusia, Reino Unido, Francia, pero, sobre todo, EE.UU., han hecho explotar más de 2.000 de ellas. Su número y ubicación por todo el mundo puede conocerse gracias a un impresionante video 'time-lapse'. Muchos suelen olvidarse de ello al mencionar catástrofes como la de Chernóbyl o de Fukushima. Su impacto radiactivo global es una cuestión que no tiene respuesta, ya que nadie midió los niveles de radiación en el mundo antes de que empezaran las pruebas nucleares.