Las dos salidas de la Unión Europea ante la crisis migratoria: ayudar o encerrarse en sí misma
Los reportes mediáticos sobre centenas de migrantes que mueren en el Mediterráneo tratando de alcanzar las costas italianas, o sobre miles de intentos de penetrar en el Eurotúnel han llevado al primer plano la grave crisis migratoria que vive Europa. Ahora a la Unión Europea le urge escoger la manera de manejar esta crisis, y tiene dos opciones, escribe el periodista Daniel Trilling para el diario 'The Guardian'.
La Unión Europea ya gasta más recursos "en vigilancia y contención" de inmigrantes que en la mejora de las condiciones de su recepción. La primera opción es seguir con esta tendencia de militarización de las fronteras y el refuerzo de las barreras. En este caso los países seguirán echándose la culpa los unos a los otros: Reino Unido a Francia por dejar que en Calais se concentren 5.000 inmigrantes; y los dos países echan la culpa a Grecia, Bulgaria o Italia por no impedir que los inmigrantes alcancen la costa.
La otra opción es crear en Europa un "sistema de asilo justo", y cooperar para ofrecer a los inmigrantes las condiciones de vida básicas, en vez de obligarlos a tomar "medidas desesperadas y autodestructivas" para alcanzar algún destino. Pero esta opción requiere voluntad política para atreverse a perder algunos votos.
El único resultado que se puede producir en caso de que la Unión Europea opte por la primera opción es el caos migratorio y político, sin mencionar que los inmigrantes seguirán sufriendo un trato racista y violento. Y no solo por parte de la gente común, sino también por parte de personajes públicos como la conocida columnista británica Katie Hopkins, que los llamó "cucarachas", o incluso el primer ministro, David Cameron, para quien son un "enjambre".
Es verdad que se registra un aumento de inmigrantes en la ciudad francesa de Calais, donde empieza el Eurotúnel, así como en otras partes de Europa, pero la razón es que los conflictos que se están produciendo en varios lugares del mundo han obligado a abandonar su hogar a millones de personas en los últimos años. No obstante, la gran mayoría de desplazados se quedó en países en vías de desarrollo y solo una pequeña parte, un 15%, alcanzó Europa. Definitivamente es una cifra que Europa puede asumir, asegura la columna.