Heridas del colonialismo: El Esequibo, la manzana de la discordia entre Venezuela y Guyana
La controversia territorial entre Guyana y Venezuela en torno a Esequibo, que empezó hace 180 años, hoy se reaviva. Esta vez el detonante fue la pretensión de la Exxon Mobil y del Gobierno de Guyana de extraer petróleo en esta zona en reclamación.
Como señaló la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, "la defensa, la arremetida por parte del nuevo gobierno de Guyana a favor de la Exxon Mobile es algo muy preocupante porque es la pretensión de transnacionalizar un conflicto".
El reclamo por el Esequibo comenzó en 1822 por parte del propio libertador Simón Bolívar, quien a partir de ese año reclamó a Inglaterra la constante invasión de colonos ingleses a Venezuela a través de la Guayana Británica. El reclamo de Venezuela estuvo basado en los límites marcados por la propia España cuando reinaba en sus colonias latinoamericanas.
"'Uti possidetis iuris' significa que lo que poseíste lo seguirás poseyendo, y en esos territorios está lo que ahora es el territorio de Guyana. Entonces todas nuestras constituciones han repetido eso: constitucionalmente fuimos, somos y seremos dueños de esos territorios", recalca el historiador y abogado venezolano Luis Britto Garcia.
Dos hitos han marcado este reclamo histórico. El primero fue el Laudo Arbitral de París de 1899, a través del cual se decidió que ese territorio le pertenecía a Inglaterra. Venezuela nunca reconoció ese fallo alegando dos cosas: que le negaron al país su defensa y porque estuvo basado en mapas falsificados y pagados por el Reino inglés.
Seis décadas más tarde, ambas partes se sentaron cara a cara en la ONU y firmaron el Acuerdo de Ginebra de 1966, la única vía legal y vigente dentro del derecho internacional sobre este diferendo. El mismo establece que el conflicto se resolverá por vías diplomáticas y que ninguno de los dos países hará uso del territorio ni extraerá recursos naturales o minerales sin el consentimiento del otro.
Venezuela denuncia que Guyana pretende desconocer el acuerdo de Ginebra de 1966 para así favorecer las apetencias de Exxon Mobil, una transnacional conocida por poner y quitar gobiernos y que tiene innumerables denuncias por delitos ambientales. El presidente venezolano Nicolás Maduro ha acudido ante instancias internacionales como la ONU y la UNASUR para resolver este diferendo, mientras que el presidente de Guyana, David Granger, ha ido hasta el Departamento de Estado a solicitar apoyo.
Analistas internacionales recuerdan que ya en el año 2000 Exxon Mobil intentó extraer petróleo del Esequibo, pero cuando Venezuela les comunicó que ese territorio estaba en reclamación, la transnacional suspendió las operaciones. "Por eso Exxon Mobil le dijo a Guyana en el año 2000 'Yo me salgo porque yo no sé de quién es ese territorio, el negocio no sé con quién hacerlo y prefiero que ustedes resuelvan su asunto con Venezuela primero y después hablamos'. Eso fue en el 2000 y Exxon Mobil tenía la certeza de que no se sabía de quién era ese territorio", señala el historiador y diplomático venezolano Samuel Moncada.
La actitud de la Exxon Mobil hacia Venezuela cambió a partir del año 2007, cuando el gobierno venezolano nacionalizó la faja petrolífera del Orinoco y tras la derrota que sufrieron en el año 2014 en el Centro de Arbitraje del Banco Mundial (CIADI), donde reclamaron una indemnización de 12.000 millones de dólares y tan solo lograron 1.600 millones.
Algunos expertos señalan que la Exxon busca vengarse de Venezuela para así adueñarse de la mayor reserva de petróleo del mundo. Sin embargo, el nuevo presidente de Guyana, Granger, asegura que Venezuela lo que quiere es obstaculizar el desarrollo de su país. "Guyana, incluso cuando se acerca el 50 aniversario de su independencia el próximo año, mano a mano con su hermana Barbados, sigue cargando un mono sobre su espalda. La Republica de Venezuela se ha hecho regresiva y más agresiva en los últimos 50 años".
Maduro, por su parte, acusó al presidente Granger de olvidar el apoyo que Venezuela le ha dado a su país a través de Petrocaribe y de ser un rehén de la Exxon Mobil. "Detrás de esta operación está la Exxon Mobil y los intereses del 'lobby' petrolero armamentista que influye de manera decisiva en el Pentágono y todos los planes imperiales de EE.UU. Una provocación que hemos ido conteniendo y disipando por vías democráticas".
Las mismas riquezas naturales y minerales que siglos atrás atrajeron a aventureros y colonizadores hacia estos territorios, son las que hoy atraen a poderosas empresas transnacionales como la Exxon Mobil. Y es que al parecer la búsqueda o el intento por conquistar El Dorado aún no ha terminado.