Aprovechando la cobertura que le dan los medios en EE.UU. por tratarse de una organización reconocida mundialmente, Médicos Sin Fronteras se vale de esta plataforma para reiterar su condena del ataque lanzado contra su hospital y la muerte de sus colegas y pacientes.
En particular, MSF ha difundido rápidamente numerosos hechos que arrojan serias dudas sobre la primera explicación de Estados Unidos sobre el ataque al hospital, que calificó de accidente. Para empezar, la organización asegura que advirtió en repetidas ocasiones a los militares estadounidenses cuáles eran las coordenadas exactas de GPS del hospital. Así lo hicieron por última vez el 29 de septiembre, tan solo cinco días antes del bombardeo, señala Greenwald en un artículo publicado en 'The Intercept'.
Además, el personal de MSF que se encontraba en las instalaciones llamó "frenéticamente" a los oficiales militares estadounidenses durante el ataque para informarles de que el hospital estaba siendo impactado y para suplicar que se detuvieran, pese a lo que los ataques continuaron de forma "sostenida" durante 30 minutos más.
La organización médica emitió la siguiente declaración vía Twitter: "El hospital fue repetida e impactado de forma precisa durante cada incursión aérea, mientras que el resto del complejo quedó mayormente intacto".
Todos estos hechos hacen que sea extremadamente difícil, incluso para los medios de comunicación estadounidenses, vender la historia del "accidente", reitera el periodista, señalando que es probable que el hospital fuese atacado deliberadamente, ya sea por decisión de militares afganos que pasaron las coordenadas a sus aliados militares de EE.UU., o por el propio Ejército estadounidense.
Como resultado de todo esto se ha presentado un cambio radical en la descripción de este ataque, que ya no está siendo presentado como un terrible accidente de una bomba errante, pues ahora la versión predominante entre las fuentes estadounidenses y sus aliados afganos es la de que este ataque estuvo justificado porque los talibanes usaban el hospital como una base.
Greenwald trae a colación al canal Fox News, que citó a "funcionarios de Defensa" anónimos quienes "lamentan la pérdida de vidas inocentes, aunque sostienen que el incidente podría haberse evitado si los talibanes no hubieran utilizado el hospital como base, ni a los civiles como escudos humanos". En su primer artículo sobre el ataque, 'The Washington Post' también alude a este argumento, citando a un "portavoz del 209 cuerpo de Infantería del Ejército afgano en el norte de Afganistán", según el cual "los combatientes talibanes están escondidos en casas, mezquitas y hospitales, utilizando a civiles como escudos humanos".
"A MSF le disgustan las recientes declaraciones procedentes de algunas autoridades del Gobierno de Afganistán que justifican el ataque al hospital de Kunduz. Estas declaraciones implican que las fuerzas afganas y estadounidenses que trabajan juntos decidieron arrasar un hospital en pleno funcionamiento, con más de 180 empleados y pacientes en el interior, ya que afirman que los miembros de los talibanes estaban presentes. Esto equivale a una confesión de un crimen de guerra. Contradice totalmente los intentos iniciales del Gobierno de Estados Unidos de minimizar el ataque como 'daños colaterales'", denunció la organización médica, citada por Greenwald.