A principios de octubre el Senado de EE.UU. votó a favor de la ley sobre el gasto militar a la que desde el principio se oponía Obama. Pese a la aprobación de la ley por ambas cámaras del Congreso, el presidente finalmente vetó la ley, que permite aumentar los gastos militares del Pentágono y que prohíbe las transferencias de los presos de Guantánamo a EE.UU. hasta el año 2017.
La así llamada Ley de Autorización de la Defensa Nacional (NDAA por sus siglas en inglés) autoriza la financiación del departamento de Defensa con un monto total de 612.000 millones de dólares para el año fiscal de 2016, es decir, 38.000 millones de dólares más de lo que contempla la Ley de Control de Presupuesto aprobada en 2011.
"Voy a enviarlo [a la NDAA] al Congreso y mi mensaje para ellos [los congresistas] es muy simple: Vamos a hacerlo de modo correcto", afirmó Obama a los medios, según reporta Reuters.
"Estamos en medio de discusiones sobre el presupuesto. Que tengamos un presupuesto que financia adecuadamente nuestra seguridad nacional, así como la seguridad económica", sostuvo el mandatario estadounidense.
Además de la asistencia a Kiev en forma de suministro de armas letales, la ley contempla una partida de 600 millones de dólares para el programa fallido de entrenamiento de rebeldes sirios. Otros 700 millones serían enviados al Gobierno de Irak como apoyo en la lucha en contra del Estado Islámico (EI). La ley también presupone el aumento en un 1,3% del salarios de los militares.