El 'flamenco rosado' más peligroso del mundo: Una posible guerra nuclear entre la India y Pakistán
"El subcontinente indio, que alberga tanto a India como a Pakistán, sigue siendo uno de los lugares más peligrosos del mundo. Su frontera de 1.800 millas (2.896 kilómetros) es el único lugar donde dos Estados hostiles y con armas nucleares se enfrentan a diario. Y el riesgo de un conflicto nuclear no ha hecho más que aumentar en los últimos años, hasta el punto de que actualmente es una posibilidad muy real", escriben los columnistas David Barno y Nora Bensahel en el portal War On The Rocks. Ambos sostienen que este tenso enfrentamiento es el 'flamenco rosado' más peligroso de la Tierra.
India y Pakistán han librado tres guerras desde que se independizaron en 1947, una de las cuales terminó en 1971 con Pakistán perdiendo aproximadamente la mitad de su territorio (ocupado hoy por Bangladés). Actualmente, la disputada Línea de Control que divide la región de Cachemira es un punto particularmente tenso. Tanto la guerra de Kargil de 1999, como el atentado contra el Parlamento indio por parte de militantes respaldados por Pakistán en 2001, llevaron a ambas naciones una vez más al borde de la guerra.
"Sin embargo, a diferencia de las grandes guerras anteriores, estas dos crisis se produjeron después de que la India y Pakistán se convirtieran en Estados con armas nucleares", destacan los autores del análisis.
El rápido crecimiento del arsenal pakistaní supone un cambio de juego
Desde 2004, la India ha estado desarrollando una nueva doctrina militar llamada Cold Start, una opción de guerra limitada diseñada en gran parte para disuadir a Islamabad de patrocinar ataques irregulares contra Nueva Delhi. De acuerdo con esta, el Ejército indio tiene la intención de movilizar medio millón de soldados en menos de 72 horas.
"El problema es que, a diferencia de sus vecinos (India y China), Pakistán no ha renunciado al primer uso de armas nucleares (...) para contrarrestar el Cold Start y ayudar a compensar la creciente superioridad convencional de la India. Pakistán ha acelerado su programa de armas nucleares y ha comenzado a desplegar armas nucleares tácticas de corto alcance y bajo rendimiento", indican los autores del texto. "Esto supone un cambio de juego, ya que tiene la clara intención de utilizar ese armamento en su propio territorio si es necesario", afirman.
Tal y como apuntan Barno y Bensahel, algunos expertos juzgan este programa nuclear como el de más rápido crecimiento en el mundo y sostienen que Pakistán tiene supuestamente suficiente material fisible hasta el año 2020 para construir más de 200 ojivas nucleares.
¿Y si un grupo terrorista se apodera de las armas nucleares?
"Más allá de los riesgos de la escalada nuclear fuera de control, el creciente programa de armas nucleares tácticas de Pakistán también trae una amplia variedad de características desestabilizadoras: la necesidad de posicionar estas armas de corto alcance cerca de la frontera con la India; la necesidad de mover y dispersar estas armas durante una crisis y las perspectivas de los comandantes locales a los que dan un control descentralizado de la armas", indican los analistas.
Asimismo, los columnistas apuntan al alarmante peligro que supone que "un gran número de armas nucleares pequeñas" estén dispersas en diferentes lugares, ya que esto "aumenta el riesgo de que algunas caigan en manos de extremistas violentos". "Que un grupo terrorista se haga con el control de un arma nuclear sigue siendo una de las consecuencias potenciales más aterradoras de la carrera armamentista actual", alertan.
¿Cuál podría ser el desencadenante de esta potencial guerra?
Según los autores del texto, el escenario más peligroso que podría conducir a esta catástrofe es "una repetición de los ataques terroristas de Bombay de 2008", donde 10 terroristas provocaron la muerte de 166 personas antes de que el último de los atacantes fuera finalmente asesinado por las fuerzas de seguridad indias, casi 60 horas después de que comenzaran los ataques.
"Expertos como Stephen Cohen, de Brookings Institution, y el exembajador de EE.UU. en la India, Robert Blackwill, están de acuerdo en que si hubiera otro Bombay, el primer ministro indio Narendra Modi, a diferencia de sus predecesores, no daría un paso atrás en el uso de la fuerza militar como respuesta . La opinión pública india exigiría represalias", sentencian.