Escritor español: "En el mundo ya no quedan verdaderos gobernantes, excepto Putin"
Cuando en 1939 Adolf Hitler "invadió Polonia no había en la Europa democrática ni un solo estadista que mereciera ese nombre", critica el escritor Fernando Sánchez Dragó en su artículo del diario 'El Mundo'. Según el ensayista español, en esa época todos eran como el entonces primer ministro británico Neville Chamberlain, quien aceptó la humillación de Hitler pensando que eso evitaría un conflicto con la Alemania nazi, pero que a la postre desencadenó la Segunda Guerra Mundial.
"Luego llegarían [el ex primer ministro británico Winston] Churchill, [el expresidente francés Charles] de Gaulle, pero fue necesario que la bandera con una esvástica ondease en los Campos Elíseos" de París, recuerda. "Hoy, frente al Estado Islámico, estamos en las mismas. Todos los políticos, menos uno, son Chamberlain. El único estadista que queda en el mundo se llama Putin", destacó Sánchez Dragó.
Precisamente "por eso demonizan" y "calumnian" al mandatario ruso, "por eso han orquestado contra él una de las mayores campañas publicitarias que la historia universal ha conocido, superada solo en cuantía de inversión oligárquica y en lavado colectivo de cerebros por la que condujo" a la Casa Blanca "a un fantoche llamado" Barack Obama, lamentó el escritor.
En cuanto al cobarde ataque sufrido la semana pasada por un bombardero ruso Su-24 a manos de Turquía en Siria, el autor del artículo considera que la agresión fue avalada por la OTAN y el Pentágono, y ese crimen fue "una declaración de guerra". Pero esta guerra, continúa el escritor, solo beneficia al EI y sus filiales en cuatro continentes, así como al proyecto de Ankara, que pretende ser hegemónico en la región.
"Es la hora de los militares. Es la hora de releer a Spengler [autor de la obra 'La decadencia de Occidente']. Es la hora de recordar que cuando la civilización está en peligro, es un pelotón de soldados quien la salva. Es la hora de Putin. Es la hora de la Santa Rusia. Menos mal que nos queda Moscú, pues quizá, gracias a eso, también nos quede París", finalizó.