Las cuatro cuestiones incómodas que dejan las elecciones en España
¿Quién es el ganador de las elecciones generales?
Tal y como expresa Carlos Huerga en el periódico digital Público, "no se puede decir que haya un ganador" tras las reñidas elecciones de este domingo, que tuvieron como resultado un PP con 123 escaños, un PSOE con 90, seguidos de los 69 diputados de Podemos y los 40 asientos en el Congreso de Ciudadanos. "Solo podemos hablar de victoria de un partido cuando este consigue 176 o más diputados. Es decir, cuando tiene una mayoría absoluta", indica.
"Las coaliciones en Galicia, Cataluña y Valencia -En Marea, En Comú-Podem y Compromís-Podemos- han funcionado muy bien y demuestran la fuerza de determinadas uniones. Son las grandes ganadoras de la noche", escribe por su parte la periodista Olga Rodríguez en El Diario.
Sin embargo, el columnista Salvador Sostres sostiene en 'ABC' que "el verdadero ganador de las elecciones fue el caos, el bloqueo, la ingobernabilidad, la España invertebrada políticamente". "Las ha ganado la parálisis en un país que necesita avanzar y profundizar en las reformas, la demora en un país que tiene prisa", apunta.
¿Quién es el perdedor de las elecciones generales?
"Anoche, en España, la Derecha política quedó deshecha para una larga temporada, acaso eterna", opina el periodista y escritor Federico Jiménez Losantos en 'El Mundo'. Según Losantos, el presidente del Gobierno Mariano Rajoy no tendrá "el decoro de dimitir, así que el cadáver insepulto de la derecha dará mucha pena durante mucho tiempo".
Para Rodríguez, de El Diario, el gran perdedor de la noche electoral es Ciudadanos. "Se ha desinflado, no solo por culpa de una mala campaña, sino porque durante ella se han dado a conocer algunos de los aspectos más polémicos de su programa, difícilmente defendibles, como es su postura ante la violencia machista, o las llamadas de Rivera a participar en la guerra de Siria", explica.
En esta línea, Sostres opina que "las ganas de cambio no se concretaron en Ciudadanos, sino en Podemos, y la parte socialdemócrata de votantes que las encuestas calculaban que pasarían del PSOE al partido naranja [Ciudadanos], al final se quedaron en el socialista".
¿Ha muerto el bipartidismo?
"El bipartidismo español quedó malherido, y la crisis de los partidos tradicionales se profundiza", señala el columnista Juan Manuel Karg en RT. Karg señala que si en 2008 la suma PP+PSOE llegaba al 84%, y en 2011 al 73%, en estas elecciones apenas llega al 50%.
"Para situarnos: hablamos de una disputa entre la fuerza política más antigua de España, fundada en 1879, contra un movimiento que apenas tiene dos años", señala el experto hablando del PSOE respecto a Podemos, el partido de izquierdas de reciente formación, que ha obtenido 300.000 votos menos que los socialistas.
"Hoy ha nacido una nueva España", declaraba Pablo Iglesias, líder de Podemos, en una intervención este domingo. "Se acabó el sistema del turno en España", añadía en alusión a la alternancia en el poder y la hegemonía ejercida hasta ahora por el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Como resultado, ¿un país ingobernable?
"Estamos como siempre estuvimos pero en mucha peor situación. Ahora mismo no se sabe quién va a gobernar pero lo que sí se sabe ya es que este va a ser un tiempo inestable porque la aprobación de las leyes va a enfrentarse de manera sistemática con la oposición de la mitad de la Cámara", explica Victoria Prego, columnista en 'El Mundo'
Sin embargo, el periodista y analista político Fernando López Agudín rechaza la postura de que España "vaya camino de convertirse en un país ingobernable como lo fuera antes de la abdicación de Amadeo I, el primer rey huelguista como lo denominara Engels".
"No hay más que observar los resultados electorales para que salte a los ojos la existencia de una mayoría amplia de progreso que facilitaría un Gobierno estable. Si se suman los votos de PSOE, Podemos e Izquierda Unida, sin contar con los obtenidos por la izquierda nacionalista, puede fácilmente elaborarse una alternativa gubernamental basada en un mínimo programa común junto con el Partido Nacionalista Vasco. Lo que ocurre es que el bipartidismo, que tiende siempre a socializar las pérdidas, intenta socializar su aplastante derrota electoral", sentencia.