¿Cómo se han creado en Turquía las condiciones para que haya un golpe militar?
Hoy día, Turquía se enfrenta a un gran abanico de problemas, desde la polarización cada vez más profunda de la sociedad hasta la ralentización del crecimiento económico y la escalada de tensiones tanto dentro como fuera del país, ha señalado el candidato a doctor de ciencias históricas y docente del Instituto de los países de Asia y África de la Universidad Estatal de Moscú Pável Shlýkov, en un seminario del Centro Carnegie de Moscú, citado por el portal Lenta.
Tres condiciones
En gran parte, la crisis actual es fruto del conflicto entre el pragmatismo de la política de Ankara en los años 2000 y su actual carrera por el liderazgo regional. Una de sus particularidades, a diferencia de los períodos de crisis anteriores, es el crecimiento gradual de la importancia del Ejército y la posibilidad de un nuevo golpe militar.
Según Shlýkov, un golpe militar en Turquía es posible si se dan tres condiciones: la intensificación de la crisis política interna, el crecimiento de la amenaza exterior y la agudización del problema kurdo. Todos estos factores están presentes en la Turquía actual.
La guerra en Siria afecta tanto la política interna como externa de Ankara. Crece la inseguridad de la sociedad que percibe el agotamiento del modelo político-social actual del país, mientras que las perspectivas políticas del Partido de la Justicia y el Desarrollo de Erdogan están poco claras. Al mismo tiempo, en el sureste de Turquía se está librando prácticamente una guerra civil con los kurdos.
El Ejército turco, cuya intervención activa en la política ha sido una de las características de la historia reciente del país, sigue manteniendo el estatus de la institución política más influyente de Turquía. No obstante, mientras que en los primeros años de su mandato, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se mantenía firme en la política de expulsión de los militares de la vida política, la situación cambió en otoño de 2015, cuando en la lucha contra los kurdos en el sureste del país, el Gobierno dio al Ejército carta blanca a la hora de realizar operativos militares.
Sin embargo, Shlýkov concluye que por el momento es poco probable que el Ejército se decida a dar un golpe. En primer lugar, los militares no tienen la certeza absoluta del apoyo de la sociedad y, además, en la Turquía actual, el Ejército funciona como un contrapeso a las arriesgadas aspiraciones de política exterior de Erdogan.