'The Guardian': "Es repugnante ver cómo la Unión Europea se arrodilla ante Erdogan"
"La forma en la que los líderes europeos se muestran sumisos ante el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, resulta repugnante", sostiene el periodista y columnista Paul Mason en 'The Guardian', en referencia al pacto alcanzado este lunes entre la Unión Europea y Turquía sobre los refugiados.
Para el reportero británico, la UE busca ayuda para solucionar la crisis de los refugiados "en un país donde se afianza cada vez más el despotismo y la censura". "Turquía lleva a cabo una guerra contra un minoría étnica [los kurdos], la Policía asalta oficinas de la oposición al Gobierno, a su Servicio Secreto se le acusa de enviar armas al Estado Islámico, su Ejército derriba cazas rusos y, a pese a todo, Ankara aspira a ser miembro de la UE", denuncia el columnista.
La UE cierra los ojos ante el deterioro de la democracia en Turquía y sus acciones militares contra civiles
Asimismo, Paul Mason recuerda que hace tres años Erdogan logró un equilibrio suficiente en el país como para que las diferentes etnias y clases de la sociedad turca pudieran vivir en paz. "Pero todo esto ha cambiado ahora que el presidente turco reprime brutalmente las protestas y después de provocar el fin de la tregua con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán y arrasar varias ciudades del sur del país de mayoría kurda", denuncia el periodista, que acusa a la Unión Europea de cerrar los ojos ante el deterioro de la democracia en Turquía y sus acciones militares contra civiles.
El columnista, que compara a Turquía con otros estados fallidos, asegura que "cuantos más fracasos sufra la democracia turca, Occidente tendrá que apoyarla con mayor insistencia". "Y cuanto más se obstine la Comisión Europea en que Turquía forme parte de la UE, más se reforzarán los miembros de la unión que querrán salir de la alianza", añade.
"¿Puede un Gobierno que viola todos los criterios de adhesión a la UE tener alguna esperanza de llegar a ser miembro de esta coalición?", se pregunta Mason, que responde con un rotundo "no". Un "no" que los Gobiernos europeos debería de notificar a Erdogan, concluye el columnista.