¿Es Japón responsable de las bombas de Hiroshima y Nagasaki? Un diario oficial chino cree que sí

Un altavoz oficial de Pekín insiste en que el Gobierno nipón fue quien desató la Segunda Guerra Mundial, de manera que las víctimas de los dos bombardeos deben pedir explicaciones a su propio país.

Un editorial del periódico 'China Daily' condena los intentos de "mostrar a Japón como una víctima de la Segunda Guerra Mundial" rindiendo homenaje a los civiles que murieron en los bombardeos atómicos de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. China, asegura el diario, defiende la no proliferación y la desnuclearización, pero "las justificaciones militares y políticas para el uso de las bombas atómicas contra las dos ciudades japonesas no deberían ser cuestionadas".

Según declara el diario, fue "la guerra de agresión que el Gobierno militarista de Japón llevó a cabo contra sus vecinos, así como su negativa a aceptar su fracaso, lo que hizo que EE.UU. lanzase las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki". Sostiene que es un deber moral de Tokio ofrecer indemnizaciones y pedir disculpas por los daños causados a personas e instalaciones "no solo en Japón, sino también en otras naciones afectadas".

Todos los males que sufrió el pueblo japonés, "incluidos los que sufrieron los supervivientes de los bombardeos atómicos" son, según el artículo, responsabilidad del Gobierno militarista nipón. El artículo recomienda a los supervivientes y a sus familiares exigir disculpas por las bombardeos a los entonces gobernantes de Japón, y no al presidente de EE.UU., Barack Obama, como se ha hecho recientemente con motivo de su visita a Hiroshima.

AFP
La nube de hongo de la bomba atómica lanzada por el bombardero estadounidense Enola Gay sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. / AFP
La ciudad de Hiroshima, devastada pocos días después del lanzamiento de la bomba. / AFP
Un niño llora entre las ruinas de Hiroshima el 5 de agosto de 1946, un año después de que la bomba atómica arrasara la ciudad. / AFP
Trabajadores japoneses llevan una víctima del bombardeo atómico de Hiroshima. / Reuters
Seis años después del lanzamiento de la bomba, este hombre muestra las secuelas de la explosión atómica en Hiroshima. / AFP
Dos hermanos que sobrevivieron al bombardeo atómico de Hiroshima, en una foto sacada cuatro días después del ataque. / AFP
La devastada ciudad de Hiroshima tres años después del ataque atómico del Ejército de EE.UU. Unas 140.000 personas, más de la mitad de la población de la ciudad, murieron en el bombardeo. / AFP
Unos niños se protegen con máscaras de la radiación en Hiroshima casi tres años después del bombardeo de la ciudad. / AFP
Una mujer amamanta a su hijo cuatro días después del bombardeo atómico de Hiroshima. El bebé presenta evidentes quemaduras. / AFP
El piloto de la Fuerza Aérea del Ejército de EE.UU. Paul W. Tibbets saluda desde la cabina del bombardero B-29 Enola Gay el 6 de agosto de 1945 antes de despegar para lanzar la bomba sobre Hiroshima. / AFP
La explosión de la segunda bomba atómica estadounidense, lanzada sobre la ciudad de Nagasaki el 9 de agosto de 1945. / Reuters
Víctimas de la bomba atómica de Nagasaki arrojadas del tranvía en el que viajaban en el momento del ataque. / Reuters

En opinión de la redacción, existe un "consenso en el bando antifascista sobre la necesidad y la justificación del uso de armas atómicas contra el Japón militarista en un intento de precipitar el fin de la guerra y prevenir que una prolongación de la guerra se cobrara aún más vidas". En realidad, tal consenso nunca ha existido, dado que la Unión Soviética consideró que era injustificado y excesivamente cruel lanzar ataques de tal magnitud sobre las ciudades niponas. Tanto la propaganda como varios comunicados de Estado traslucían esta postura y la opinión pública y oficial en la Rusia contemporánea comparte aquella percepción.

El presidente Obama visitó Hiroshima dentro de la agenda de la cumbre del G7 que se celebró en Japón. Solo habló en un breve discurso sobre "la responsabilidad compartida" de plantearse cómo evitar la repetición de la tragedia. "Las víctimas estadounidenses y japonesas son iguales", aseguró. Sin embargo, evadió el tema de la responsabilidad estadounidense por la muerte de casi 250.000 personas en ambas ciudades.