El Estado Islámico puede perder sus bastiones en Siria e Irak, pero ¿qué ocurrirá después?
El Estado Islámico está siendo atacado en las últimas tres grandes ciudades que mantiene en Irak y Siria: Faluya, Mosul y Raqa y "es probable que pierda estas batallas", ya que su infantería "ligeramente armada, aunque fanática", que lucha desde posiciones fijas, "no puede resistir ataques aéreos realizados por las fuerzas terrestres especializadas", estima el periodista irlandés Patrick Cockburn en su nuevo artículo para 'The Independent'.
Los terroristas, prosigue el analista, deberán "elegir entre retirarse y volver a la guerra de guerrillas, o sufrir pérdidas devastadoras".
Ya no es tan fuerte
Cockburn explica que, en sus primeras campañas, la capacidad de la organización terrorista para sorpender al enemigo usando columnas móviles de vehículos llenos de combatientes experimentados "fue asombrosamente eficaz".
"Su menú de tácticas combinaba el fanatismo ideológico con un alto grado de experiencia y formación rigurosa, y se distinguía por el uso masivo de terroristas suicidas, francotiradores, artefactos explosivos improvisados, armas trampa y equipos de mortero", mientras que las atrocidades publicadas a través de Internet "aterrorizaban y desmoralizaban a los rivales", recuerda el experto.
No obstante, el periodista destaca que estas tácticas ya "no funcionan tan bien como antes". No en vano, todas las fuerzas que luchan contra el grupo yihadista ya son capaces de "eliminar a los terroristas suicidas antes de que se acerquen lo suficiente para matarles".
No obstante...
Aunque el Estado Islámico ya no es tan poderoso como antes, la guerra en Irak y Siria no solo depende del éxito militar, sino también de la política, opina el experto, argumentando que "la cuestión para todos los implicados en el conflicto en su fase actual no es solo romper el control del Estado Islámico sobre el territorio, sino también determinar quién gobernará allí en lugar del EI".
Por ejemplo, si la milicia chiita Hashd al Shaabi, que, según EE.UU., actúa bajo la influencia de Teherán, desempeña el papel principal en la toma de Faluya, ello "ayudará a asegurar su posición y prestigio a largo plazo en Irak", lo que se verá como un éxito de Irán más que de EE.UU. y sus aliados.
La cuestión para todos los implicados en el conflicto en su fase actual no es solo romper el control del Estado Islámico sobre el territorio, sino también determinar quién gobernará allí en lugar del EI
Igualmente importantes en la configuración de la futura geografía política de Oriente Medio serán los roles que desempeñen la milicia kurda Peshmerga, el Ejército iraquí y EE.UU. en la retoma de Mosul o, en el caso de Siria, los roles de los kurdos sirios, sus aliados árabes, EE.UU. y el Ejército nacional en la toma de Raqqa.
"Todo depende de quién libere Faluya, la forma en que se libere y cuándo se libere", señala Fuad Hussein, jefe de gabinete del presidente regional del Kurdistán iraquí, Massoud Barzani, en una entrevista a 'The Independent'. Hussein cree que el equilibrio de poder ha cambiado de manera decisiva en contra del EI en comparación con la situación de hace un año, pero advierte que nadie debe pensar que la caída del grupo terrorista traerá la paz y la estabilidad a la región.
Así, Hussein asevera que, si cae el 'califato', "el EI se va a transformar de un Estado terrorista en un movimiento terrorista", que, aunque estará debilitado por no tener bases seguras para la formación, no se evaporarápor completo.
En Siria, Cockburn pronostica que la sucesora más probable del Estado Islámico es el Frente Al Nusra, la rama de Al Qaeda "ideológicamente similar al EI en sus creencias fundamentalistas salafistas-yihadistas", aunque se presenta como una "alternativa menos maníaca" y probablemente contará con el apoyo de Turquía y Arabia Saudita.
Vender la piel del oso antes de haberlo cazado
Con todo, el analista advierte de que es posible que los enemigos del Estado Islámico "estén vendiendo la piel del oso antes de haberlo cazado", ya que, aunque las pérdidas territoriales de los terroristas "pueden parecer impresionantes" en un mapa a pequeña escala de Irak y Siria, "lo que sí es impresionante cuando nos trasladamos fuera de las fronteras del 'califato' es lo grande que sigue siendo".
Y es que, según el periodista, la organización terrorista "tiene la ventaja de que sus enemigos están totalmente desunidos y se detestan unos a otros casi tanto como odian al Estado Islámico, si no más".
Finalmente, uno de los numerosos problemas para poner fin a la guerra, advierte el especialista, "es que muchos de los jugadores están interesados en que continúe". "El Estado Islámico es un enemigo muy conveniente para muchos de los que luchan contra él, lo que puede ser una de las razones de por qué es tan difícil derrotarlo", concluye Cockburn.