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El Gobierno de Colombia y las FARC estampan histórica firma de cese del fuego

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Mediante un acto formal en La Habana se ha puesto fin oficialmente al conflicto armado de más de 50 años.
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Este 23 de junio Colombia dio un paso histórico con un acuerdo sobre uno de los puntos más importantes de la agenda de negociación entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC: el fin del conflicto armado.

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo durante el evento que el conflicto ha durado más de 50 años y que hay generaciones enteras acostumbradas a la guerra que no han conocido un solo día de paz. "¡Nos llegó la hora de vivir sin guerra! ¡Nos llegó la hora de ser un país en paz, un país con esperanza!", expresó.

¡Nos llegó la hora de vivir sin guerra!


El mandatario también detalló: "No solamente se acordó el fin de las confrontaciones, con un cese del fuego y hostilidades bilateral y definitivo, sino que también se definió un cronograma preciso para que las FARC dejen las armas para siempre. Esto significa ni más ni menos el fin de las FARC como grupo armado".

Durante la ceremonia para conmemorar la culminación de las conversaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, el presidente de Cuba, Raúl Castro, ha declarado que "el proceso de paz no tiene vuelta atrás" y ha destacado la idea de que "la paz no es una utopía", sino "un derecho legítimo de cada ser humano y de todos los pueblos".

La paz no es una utopía

El mandatario cubano no ha ocultado que en estas negociaciones aún quedan "importantes y difíciles cuestiones pendientes", pero ha asegurado que "somos optimistas" y ha subrayado que "estamos más convencidos que nunca de que el futuro de Colombia será la paz".

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha destacado que los participantes "han demostrado que es posible una paz con dignidad" para todos. Además, el surcoreano ha enfatizado que este proceso "valida la perseverancia de quienes trabajan para poner fin a los conflictos del mundo".

En su calidad de "países acompañantes" se han hecho presentes la presidenta de Chile, Michelle Bachelet y el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, diplomáticos de EE.UU. y la Unión Europea.

Carlos Vladímir Rodríguez Valencia, activista del proceso de reparación a las víctimas, opina que la firma del acuerdo significa "la esperanza antes que nada" para los millones de afectados por el conflicto. También ha destacado que el hecho de "tener hoy la posibilidad real, concreta", de un acuerdo entre el Gobierno y la FARC "es algo que no tiene paragón".

30 billones de pesos que durante la última década ha costado la guerra

Sin embargo, Rodríguez Valencia ha apuntado que en el convenio "faltan temas relativos a la realización, a la amnistía, a la impunidad, temas relacionados con la reparación de las víctimas del conflicto". Ha llamado también la atención a que en Colombia durante años "se construyó toda la industria en torno a la guerra y al conflicto".

Uno de los resultados positivos del cese de hostilidades, según el activista, radica en que "30 billones de pesos que durante la última década ha costado la guerra" podrán ser aplicados en "la inversión social".

Las negociaciones para una desmovilización definitiva de las FARC-EP y el cese al fuego bilateral comenzaron oficialmente en Oslo, Noruega, en 2012.

Fue en aquel momento que se firmó un “Acuerdo General para la terminación del conflicto y el establecimiento de un paz duradera”. El texto planteaba abordar seis ejes de manera integral. Es decir que debía haber acuerdo en todos para que se pudiera establecer una paz definitiva.

Estos eran: la política de desarrollo agrario; la participación política; el fin del conflicto (los términos del cese definitivo de hostilidades); la solución al problema del narcotráfico; el resarcimiento a las víctimas del conflicto; y los mecanismos de implementación.

El conflicto más largo de América Latina

Iniciado entre fines de los '50 y comienzos de los '60 del siglo XX, esta guerra ha dejado, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), 6,9 millones de personas desplazadas. Esto supone un 14% de la población total del país. También, de acuerdo a los datos oficiales, se contabilizaron 260.000 muertos y 45.000 desaparecidos.

Es por eso que este acuerdo de paz cobra tanta relevancia. El antecedente más importante data de la década de 1980. En aquel entonces se conformó la Unión Patriótica (UP), partido de izquierda conducido por el Secretariado de las FARC que logró unir a una gran cantidad de movimientos sociales y posicionarse como opción política para la sociedad colombiana. 

La salida política que buscaba la guerrilla se dio en el marco del diálogo con el gobierno del presidente Belisario Betancur. Si embargo, años después, el gobierno colombiano fue acusado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de “genocidio político”.

Tal como recuerda el periódico colombiano El Tiempo, la UP rápidamente sufrió una "atroz campaña de exterminio" en la cual "según lo han determinado numerosos fallos, participaron agentes estatales, además de narcotraficantes y organizaciones paramilitares".

Fueron asesinados 5.000 militantes, "entre ellos dos candidatos presidenciales: Jaime Pardo Leal, en 1987, y Bernardo Jaramillo Ossa, en 1990; además de 8 congresistas, 13 diputados, 70 concejales y 11 alcaldes".

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