La variable no tripulada de los cazas de combate rusos de sexta generación estará dotada de un cañón electromagnético capaz de desactivar los dispositivos electrónicos enemigos, según lo ha declarado Vladímir Mijéev, director general adjunto del consorcio Tecnologías Radioelectrónicas KRET, perteneciente la corporación estatal y fabricante militar rusa Rostec, en una entrevista a TASS.
Según explica Mijéev, los nuevos aviones no tripulados combinarán simultáneamente velocidades de vuelo supersónico, alta defensa, camuflaje e inteligencia artificial junto al armamento electromagnético más avanzado.
Asimismo, aclaró que es poco probable que el arma sea implantada en los modelos de cazas y aviones pilotados de sexta generación, ya que "los impulsos electromagnéticos generados por el arma son tan potentes que no pueden proteger a los pilotos".
El director general adjunto de KRET recordó la efectividad de estas armas electromagnéticas que -dijo- pueden alcanzar a cualquier objetivo en un radio de diez kilómetros, inhabilitando sus dispositivos electrónicos durante un tiempo.
"En futuros desarrollos del arma, el efecto sobre los equipos electrónicos será tal, que quedarán destruidos sus componentes básicos, impidiendo por completo su funcionamiento", aseguró.
El trabajo de desarrollo de los aviones de combate de sexta generación fue anunciado a principios de marzo de este año, con el objetivo de realizar el primer vuelo antes del 2025, destacó Mijéev, que recordó que este modelo de aviones con esta equipación "nunca serán baratos" debido a que están diseñados con la tecnología y los componentes más avanzados.