"Estoy viva por unos zapatos": La historia de una española que sobrevivió a la masacre de Múnich

Elsa Rodríguez, de 26 años y nacida en Valladolid (Castilla y León, España), ha relatado cómo permaneció algo más de 4 horas escondida, junto a una amiga que estaba de visita, en el almacén de H&M en el centro comercial Olympia de Múnich, informa El Español. La tienda de ropa está situada frente a la cafetería en la que Ali David Sonboly, el tirador alemán de origen iraní de 18 años, causó la mayoría de víctimas de su ataque.

"Estamos vivas por unos zapatos"

Todo comenzó cuando Elsa decidió ir de compras con su amiga. "Como era viernes por la tarde, nos tomamos las compras con calma, entramos en el H&M para buscar unos zapatos para mi amiga, los compró para una boda pero le quedaban algo grandes", explica la joven.

"Estamos vivas por unos zapatos, porque los compramos en la segunda planta de la tienda, pero antes de bajar a la puerta de salida, allí tirados, escondidos entre la ropa, vimos otros zapatos, que sí eran de su número, así que los cambió por los que había comprado", añade Elsa. De esta forma, si no hubiera sido por ese cambio, se habrían cruzado en los pasillos con Ali David, que se cobró la vida de 9 personas y dejó más de 20 heridos.

"No vimos cerrarse las puertas detrás de nosotros"

Elsa relata que cuando estaban bajando las escaleras para volver a casa, se toparon con una multitud entrando a la tienda. "¡Cerrad las puertas!", gritaban los dependientes, y las alarmas comenzaron a sonar. "Nosotras no vimos al tirador, al que sí vieron los últimos que entraron en la tienda, y tampoco vimos cerrarse las puertas detrás de nosotros", relata la joven.

A pesar de que gran parte de la gente subieron a refugiarse al tejado, Elsa y su amiga, al igual que otras 20 personas más, decidieron esconderse en el almacén de la tienda, donde, según cuenta, hacía mucho calor y no podían respirar muy bien. La joven española cuenta que, después de contarle a sus allegados la situación, la Policía de España se puso en contacto con ellas para pedirles que estuviesen tranquilas y que estaban mandando apoyo.

"Lo que nosotras queríamos era saber si estábamos en un sitio seguro, preguntábamos hasta a la Policía española, pero no podían decirnos, a nuestros amigos también les pregunté, pero estos no nos podían decir que había muertos", narra Elsa. Finalmente, aproximadamente cuatro horas después, los agentes entraban a la tienda para proceder a la evacuación de los supervivientes.