'El narco de narcos' niega que esté en guerra con el cártel de Sinaloa
En algún lugar del norte de México, el prófugo Rafael Caro Quintero, el que fuera líder del extinguido cártel de Guadalajara, ha concedido una entrevista en la que pide "perdón" a la sociedad de su país y a EE.UU. por sus antiguos crímenes. "No estoy en guerra con nadie", dijo, afirmando que el detenido Joaquín 'El Chapo' Guzmán es su "amigo".
Tras permanecer 28 años en prisión por el asesinato de un agente de la Agencia Antidroga de EE.UU. (DEA, por su sigla en inglés), Caro Quintero, conocido como 'El Narco de Narcos' o 'El Príncipe', fue liberado en 2013. Sin embargo, poco después la Procuraduría General de la República (PGR) obtuvo dos órdenes de aprehensión en su contra: una para extraditarlo a EE.UU. y otra para que cumple otros 12 años entre rejas.
En esa situación, escondido de las autoridades, brindó una entrevista a la revista 'Proceso' en la que asegura que su único objetivo es "vivir en paz". Mientras el Gobierno de EE.UU. ofrece una recompensa de 5 millones de dólares por su captura, las autoridades de México lo acusan de haber vuelto al narcotráfico y de enfrentarse con el cártel de Sinaloa, del detenido 'Chapo' Guzmán.
Lejos de la droga y de los problemas
Pese a las denuncias, 'El Príncipe' asegura que no ha vuelto a estar vinculado con el narcotráfico e incluso se muestra crítico con la violencia que genera el negocio de la droga y que, en México, se ha cobrado más de 100.000 víctimas desde 2006.
En ese sentido, Caro Quintero rechaza las acusaciones que lo mezclan en enfrentamientos con otros capos narcos con el objetivo de recuperar el poder que tuvo en la década de 1980: "No estoy en guerra con nadie: 'El Chapo' y 'El Mayo' (Ismael Zambada García) son mis amigos". Incluso revela que con el jefe del cártel de Sinaloa se conocen "desde chicos" y desayunaron en 2013, cuando ambos estaban prófugos.
Una condena de 40 años de cárcel
'El Narco de Narcos' fue condenado a 40 años de prisión por el asesinato en 1985 del agente de la DEA Enrique Camarena, que se había infiltrado en el cártel de Guadalajara. Cuando fue descubierto, lo torturaron y lo golpearon hasta la muerte. No obstante, Caro Quintero niega ser el responsable del crimen.
"No lo secuestré, no lo torturé y no lo maté. Sí, estuve en ese lugar, ésa fue mi participación, nada más", detalla, a la vez que asegura: "Lo único que busco es paz y le pido perdón a la sociedad de México por los errores que cometí, a la familia Camarena, a la DEA, al Gobierno de EE.UU. Les pido perdón. Ya pagué mi culpa, estuve 28 años en la cárcel".
En diciembre de 2013, poco después de salir de la cárcel, Caro Quintero envió una carta al presidente Enrique Peña Nieto a través de la que le pidió que negara su extradición a EE.UU. y en afirmaba que ya había pagado sus culpas, calificando de "absurda" la persecución de la que es víctima.