El recuerdo que aterra a Río de Janeiro: Septiembre Negro y el atentado de Múnich 1972

Los últimos atentados terroristas cometidos en Europa han hecho saltar las alarmas entre los organizadores de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, quienes se han visto obligados a extremar la seguridad y a desarrollar nuevos sistemas de inteligencia. No obstante, se vuelve inevitable el recuerdo de Múnich 1972 y el mortal ataque del grupo terrorista Septiembre Negro.

La jornada más trágica de la historia de los Juegos Olímpicos ocurrió el 5 de septiembre de 1972 en la ciudad alemana de Múnich. En plena madrugada, 8 terroristas de origen palestino ingresaron a la Villa Olímpica con granadas y fusiles AK-47 y se dirigieron a las habitaciones de los deportistas de la delegación de Israel. El primero en advertir su presencia fue el entrenador del equipo de lucha libre, Moshé Weinberg, quien alertó a los deportistas, 9 de los cuales lograron escapar.

Weinberg y el luchador Joseph Romano intentaron reducir a los atacantes y fueron los primeros en morir.

Ese día, las competencias siguieron con normalidad hasta las tres de la tarde cuando, frustradas las negociaciones para liberar a los 234 presos árabes detenidos en cárceles israelíes, tal como reclamaban los terroristas, los miembros de Septiembre Negro exigieron un helicóptero para ser llevados al aeródromo de la ciudad alemana de Fürstenfeldbruck, donde abordarían un avión rumbo a El Cairo (Egipto).

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Fue entonces cuando las autoridades intentaron tenderles una trampa. Sin embargo, nada salió como se había previsto: los atacantes descubrieron que el avión no tenía tripulación, lo que derivó en un enfrentamiento que terminó con cinco de los ocho terroristas y todos los rehenes muertos, recuerda 'El Mundo'. Los tres atacantes que sobrevivieron fueron detenidos.

Al día siguiente, después de homenajear a los 11 atletas asesinados, los Juegos siguieron con normalidad.

Los últimos atentados

El ataque de un joven de origen afgano con un hacha en un tren en Alemania, los nueve muertos en el centro comercial de Múnich, las 84 víctimas del atentado del camión de Niza y las detenciones de supuestos terroristas en Brasil alarmaron aún más a los responsables de seguridad de los Juegos. Para tratar de evitar una nueva tragedia, las autoridades cariocas dispusieron que unos 85.000 efectivos se encarguen de la seguridad de los Juegos. Además, será puesto en funcionamiento un sistema de inteligencia para hacer un seguimiento de quienes sean identificados como miembros de células terroristas.