Al menos cinco de los terroristas que perpetraron los atentados en Bruselas y París habían recibido de las autoridades belgas subsidios sociales, cuyo valor superó los 50.000 euros, informa el diario estadounidense 'The Wall Street Journal'.
Según los investigadores belgas, los últimos ingresos fueron registrados en las cuentas de los terroristas tres semanas antes de los ataques. Salah Abdeslam, el mayor sospechoso en la investigación de los atentados en París de noviembre del 2015, había recibido de las autoridades belgas 21.000 euros. No tenía derecho a los subsidios, ya que en aquella época estaba empleado: era gerente de un bar en Bruselas del que incluso era copropietario.
El director del Servicio de la Inteligencia Financiera de Bélgica, Philippe de Koster, ha declarado que no hay evidencia directa de que los terroristas usaran el dinero para preparar los ataques. Sin embargo, ha destacado que "los subsidios sociales les dieron recursos para la subsistencia y se convirtieron en un apoyo indirecto de sus actividades terroristas".
Según estiman las autoridades, los yihadistas gastaron en la organización de los ataques en París al menos 30.000 euros y en los de Bruselas, ejecutados el pasado mes de marzo, 3.000 euros.
En algunos casos los sospechosos, según Koster, habían realizado transferencias de los subsidios a las tarjetas de débito prepago que después fueron usadas en los ataques. No ha presentado más detalles, ya que el asunto fue clasificado y forma parte de la investigación que sigue en curso.
Koster ha subrayado que los oficiales de seguridad y prestaciones sociales necesitan una mejor coordinación para evitar que subsidios se paguen a "personas sospechosas de financiar actividades terroristas".