El analista del American Enterprise Institute Matthew McInnis ha determinado qué riesgos puede generar la mala comprensión mutua y la falta de confianza entre los Gobiernos y los mandos militares de Irán y Estados Unidos y cuáles son los orígenes de estos peligros.
1. Irán como "único protector del golfo Pérsico"
McInnis destaca tres mensajes clave que el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jameneí, repite cada vez que aborda el tema de las relaciones exteriores de la república islámica:
- no se puede confiar en Washington
- la presencia naval de EE.UU. en el golfo Pérsico es indeseable e innecesaria
- Irán nunca dejará de oponerse a EE.UU.
Detrás de este discurso está la convicción de que Irán tiene el derecho exclusivo de proteger el golfo Pérsico frente a actores externos. El experto admite que los estadounidenses pueden considerar que esta idea es "poco profesional", pero no logran que Irán cambie de postura.
2. Una creciente zona de riesgos
El Ejército iraní tiene una estrategia a largo plazo para aumentar la zona de riesgos para la Marina y la Fuerza Aérea de EE.UU. cerca del territorio iraní: crear zonas de acceso restringido, un recurso que ya han empleado China y Rusia en las últimas décadas.
En este proceso la Fuerza naval del Ejército de Guardianes de la Revolución Islámica se encuentra en la vanguardia, armándose con misiles de crucero cada vez más precisos, poniendo minas cada vez más sofisticadas, incorporando un gran número de pequeños submarinos y desarrollando catamaranes portahelicópteros de alta velocidad.
3. Una doctrina con componente ofensivo
Pese a su retórica belicosa, la doctrina militar de Irán ha sido exclusivamente defensiva durante décadas, y solo en septiembre de 2016 el ayatolá Alí Jameneí proclamó el derecho del país a desarrollar capacidades tanto defensivas como ofensivas.
Las tácticas de defensa por disuasión ya han permitido a los Guardianes de la Revolución interceptar algunos barcos de EE.UU. en el golfo Pérsico. Como actualmente Teherán tiene permiso para desarrollar el componente ofensivo, Washington puede esperar sorpresas por parte de las fuerzas navales iraníes. El analista pronostica un cambio de comportamiento "de reactivo a coercitivo".
4. Dos movimientos chiitas
Parte del peligro que corren los buques de EE.UU. en Oriente Medio proviene de dos grupos chiitas que, aunque no representan los intereses de Irán, tienen vínculos con el país, donde la corriente chiita del islam es la religión oficial. Una de estas fuerzas es Hezbolá, con sede en el Líbano, que ya lanzó misiles de crucero C-802 contra la Armada de Israel en el mar Mediterráneo durante el conflicto de 2006. La otra son los hutíes de Yemen, que en las últimas semanas presuntamente han atacado en dos ocasiones al destructor Mason cerca de las costas yemeníes.
McInnis admite que los hutíes "no son agentes de Irán" y que la mayor parte de sus armas provienen del menoscabado Ejército yemení y no de Teherán, aunque no descarta que hayan recibido ayuda de Hezbolá, que sí cuenta con respaldo directo de Irán.
5. Los guardianes "no quieren ponerse al teléfono"
Alí Fadaví, comandante en jefe de la Marina de los Guardianes, dijo el 14 de septiembre que Teherán ha rechazado la propuesta de Estados Unidos de establecer una línea de comunicación directa entre los militares de ambos países. En Washington piensan que esta 'línea caliente' podría reducir la intensidad de las futuras crisis en el mar en cuestión de minutos, y no en horas, como sucede actualmente cuando el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, y el ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, quieren comunicarse.
El circuito de comunicación existente entre el mando de la 5.ª Flota de EE.UU. y el cuartel general de los guardianes solo sirve como puerta trasera para la acción subversiva, la infiltración y los ataques cibernéticos, cree el analista.