"Los submarinos más grandes jamás botados no fueron construidos en astilleros estadounidenses, sino soviéticos", escribe el experto en materia de armas militares Kyle Mizokami en la revista 'The National Interest'. Agrega que estos "leviatanes de la Guerra Fría podrían eliminar hasta 200 objetivos con ojivas seis veces más poderosas que las que explotaron en Hiroshima".
Los submarinos soviéticos de la clase Akula ('Tiburón'), clasificados por la OTAN como 'Typhoon', eran unas de las armas más aterradoras jamás creadas y, según el autor del artículo "tenían suficiente poder nuclear para eliminar a países enteros".
Según el analista, estos submarinos también se conocen como 'los sumergibles del proyecto 941'. Fueron diseñados para formar la base de las fuerzas de disuasión nuclear de la Unión Soviética en el mar.
Los submarinos fueron diseñados para poder lanzar sus misiles estando relativamente cerca de la Unión Soviética, lo que les permitía operar al norte del Círculo Polar Ártico, donde las fuerzas aéreas y navales soviéticas podrían protegerlos. Como resultado, los submarinos fueron dotados con un casco reforzado y una gran flotabilidad de reserva para ayudarlos a subir a la superficie a través del espeso hielo y un par de hélices blindadas.
Otro resultado fue el desarrollo de un nuevo misil nuclear con un alcance suficientemente largo para impactar en Estados Unidos desde el Ártico. El R-39 Rif (SS-NX-20 Sturgeon, según la clasificación de la Alianza Atlántica) fue un enorme misil intercontinental balístico de tres etapas de casi 16 metros de largo y de unas 90 toneladas de peso. Con un alcance de 8.310 kilómetros, el R-39 "podría llegar a cualquier punto de la parte continental de Estados Unidos", advierte Mizokami.
La URSS lanzó el proyecto 941 Akula el año 1976 con la construcción del submarino pesado Dmitri Donskói y, en total, produjo 6 submarinos nucleares de este tipo, entre ellos el TK-202 (1978), el TK-12 Simbirsk (1980), el TK-13 (1982), el Arjángelsk (1985) y el Severstal (1988).