Los fiscales surcoreanos podrían interrogar a la presidenta Park Geun-hye la próxima semana, convirtiéndose en el primer jefe de Estado de esta nación asiática en ser sometido a este proceso judicial, informa la agencia Yonhap.
Un funcionario de la Fiscalía ha indicado que los procuradores quieren interrogar a Park cara a cara bien sea "el martes o el miércoles", escribe la agencia AP citando a Yonhap. El informe dice que los fiscales dieron a conocer la citación a la oficina de Park y estaban esperando su respuesta. La Administración presidencial no ha comentado aún el informe. A comienzos de noviembre, Park aceptó colaborar en la investigación durante una conferencia de prensa.
La posición política de Park se tambalea después de que a principios de noviembre trascendiera su larga amistad con Choi Soon-sil, hija de un líder difunto de un culto seudocristiano, impopular por su influencia sobre el padre de la actual presidenta del país, Park Chung-hee, que presidió Corea del Sur entre 1961 y 1979.
Medios surcoreanos y políticos opositores debaten la posible influencia que Choi Soon-sil pudo haber ejercido en las decisiones de su amiga presidenta, y acusan a la mujer de recibir sobornos millonarios. La Fiscalía ya detuvo a Choi y a dos exasesores presidenciales que supuestamente le ayudaron a interferir en decisiones gubernamentales y a atesorar una fortuna ilícita.
Protestas multitudinarias en Seúl
Este escándalo es el desafío más serio para Park y sus disculpas públicas han servido de poco para calmar la ira de la población, que se echó a la calle, en las mayores protestas en tres décadas.
Miles de surcoreanos se reunieron este sábado en Seúl para expresar su descontento y pedir la renuncia de la presidenta Park Geun-Hye, en una de las mayores protestas registradas en el país desde su democratización, hace unos 30 años. La Policía anticipó que unas 260.000 personas se concentraron cerca del Ayuntamiento y la antigua puerta del palacio. Esta es la última de una serie de manifestaciones multitudinarias contra Park.
Bajo la ley surcoreana, la presidenta goza de inmunidad de procesamiento excepto en casos de traición, pero puede ser investigada. Park tiene 15 meses hasta que termine su mandato. Si dimite antes de completarlo, se celebrarían elecciones en un plazo de 60 días.