El producto interno bruto de los países de Oriente Medio ha perdido un 6% de su valor frente a las proyecciones que tenían los economistas de la ONU para los años transcurridos desde los brotes de violencia de 2011. En cifras absolutas, este descenso supone 614.000 millones de dólares estadounidenses, revela un informe elaborado por la Comisión Económica y Social para Asia del Oeste de las Naciones Unidas.
Solo las pérdidas de la economía siria llegaron a 265.000 millones de dólares en el sexto año del conflicto interno. En 2013 la guerra sustrajo un 16,9% del PIB anual de la República Árabe; en 2014, un 11,6% y en 2015, un 8,1%. Para el año en curso y el 2017 los expertos tienen prevista una caída del 6,5% del 5%, respectivamente.
No obstante, el derrumbe sufrido por la economía de Libia, específicamente en 2014, y la de Yemen en 2015 tiene dimensiones aún más desastrosas: -47,7% y -34,6% en un año.
La caída de los precios del petróleo en los últimos años provocó una desaceleración en las economías del golfo Pérsico en 2015, pero los países del mundo árabe que importan crudo tampoco ganaron tanto como cabía esperar, destaca el informe. Sus exportaciones nominales están en declive debido a la floja demanda en los países productores de petróleo.
Debido a estas estadísticas, la región necesita urgentemente el apoyo de la comunidad internacional, concluyen los expertos de la ONU.