Colombia lo intentará de nuevo. El gobierno y las FARC rubricarán un segundo acuerdo de paz que tratará de poner fin al único conflicto armado vivo en la región.
El líder de las FARC, Timoleón Jiménez alias 'Timochenko', ya se encuentra en Bogotá para participar en el evento que probablemente se realizará en la Quinta de Bolívar, en la capital colombiana, reseñó El Tiempo, aunque aún no hay un pronunciamiento oficial al respecto. El primer acuerdo fue signado la caribeña Cartagena de Indias (norte).
La llegada de los líderes guerrilleros también es para exigir explicaciones sobre la muerte de dos combatientes del grupo insurgente, que ocurrió la semana pasada en el sur de Bolívar, pese a que el cese al fuego está en vigencia hasta el 31 de diciembre de este año, destaca el portal Las dos orillas. Pero, ¿qué diferencia a este acuerdo del anterior?
Opositores inconformes
El triunfo del "no" en el plebiscito puso en jaque los términos del primer acuerdo, por lo que el gobierno de Juan Manuel Santos propuso hacer un segundo pacto incorporando en la mesa de negociaciones las prerrogativas de sus opositores.
Sin embargo, líderes políticos que pujaron a favor del "no", como el ex mandatario Andrés Pastrana, quedaron inconformes con las modificaciones del segundo acuerdo, a las que calificó de "cosméticas". Este lunes, una delegación del opositor Centro Democtático acudió al Ministerio de Interior para reunirse con voceros gobierno, que les explicarían "los alcances" del nuevo pacto pero sin posibilidad de que hagan nuevas exigencias, informó El Espectador.
Refrendación en veremos
Pero más allá del acto protocolar, el detalle está en el después. El gobierno de Santos, que fue defensor del plebiscito, no quiere una segunda consulta para este nuevo acuerdo tras el triunfo del "no". La oposición, por su parte, sí la exige.
El ex ministro de justicia de Santos, Yesid Reyes Alvarado, interpuso este lunes un documento ante la Corte Constitucional para promover la figura de "fast-track" en el Congreso, que permita implementar el acuerdo de manera expedita por vía legislativa, sin tener que someterse a refrendación popular.
Los principales adversarios políticos de Santos se oponen a que no haya plebiscito. David Barguil, del Partido Conservador, envió una carta al mandatario en la que solicitó una consulta electoral para decidir "si lo acordado tiene una aceptación suficientemente amplia para empezar a implementarse". Una ruta distinta, consideró, es "un atropello a la voluntad de los colombianos que ya se manifestó en las urnas" el pasado 2 de octubre.
Pastrana está en la misma línea. En un comunicado publicado el domingo pasado, el ex mandatario abogó porque se realice "un segundo intento de refrendación de idéntica forma" a la ideada para el primer acuerdo alcanzado.
Perdedores y ganadores
La derrota política de Santos en el plebiscito significó el triunfo de su principal contendor (y ex jefe), Álvaro Uribe Vélez. La guerrilla, por su parte, quedó en el limbo. De no lograrse el segundo acuerdo, el escenario más probable era volver la guerra.
Por eso el mandatario colombiano, ganador del Premio Nobel de la paz aún después del triunfo del "no", apuró la negociación de un segundo pacto con la participación de Uribe. Un análisis del portal La silla vacía, estima que la refrendación por la ruta del Congreso es la que resulta más beneficiosa para todas las partes.
Según ese portal, a Santos le conviene porque "le permitiría tener el acuerdo listo antes de viajar a Noruega a recibir el Nobel de Paz"; a Uribe también porque "tendría garantizado un cupo en la segunda vuelta presidencial" de 2018; y a las FARC porque -tal como lo dijo Timochenko a RCN- mientras más se dilate la refrendación "más espacio de le va dando a los que no quieren la paz".
Los acontecimientos de esta semana serán decisivos para el futuro de la paz en Colombia, en un escenario que se agrisa aún más a la espera de los resultados de los exámenes médicos del presidente Santos, quien fue referido a un hospital oncológico en EE.UU. El mandatario fue operado de un cáncer de próstata en 2012.
Nazareth Balbás