Intérprete ruso de Fidel Castro y el Che: "Teníamos una misión especial"
"Nuestro instituto era considerado el mejor de la URSS", "todos nuestros profesores habían trabajado en el extranjero", "teníamos una misión especial". Así recuerda sus años universitarios Ovsep Manasarián, que un día pasó de ser un estudiante soviético más a trasladarse a Cuba para trabajar como traductor e intérprete del ruso al español para los Castro, según relata él mismo en una entrevista con el periódico 'MK'. Al principio no sabía que iba a conocer personalmente a algunas de las personas cruciales de la historia del siglo XX.
"Nos recibieron con exultación. Conocí al hermano menor de Fidel Castro, al coronel Raúl Castro", recuerda el intérprete. "En Cuba me llamaban 'José'. Mi mejor amigo era el comandante Pinares. Su verdadero nombre era Antonio Sánchez Díaz. Era un hombre muy discreto y con buen sentido del humor". Añade que también conoció a muchos exrevolucionarios cubanos y quedó sorprendido porque, "a pesar de ser jóvenes, todos eran ya comandantes".
Más adelante su trabajo consistió en traducir del ruso para Raúl Castro, del que dice: "Era un hombre muy amable y siempre me pedía contarle los nuevos chistes de 'radio armenia' [unos chistes muy populares en la época soviética]. Decía que los armenios y los cubanos tienen un sentido de humor muy semejante", recuerda Ovsep, que es de origen armenio. "Reíamos mucho y le contaba sobre mi vida en la universidad", lo que –según dice– no les gustó a los funcionarios soviéticos en Cuba, que "un día me retiraron del palacio".
"Para una revolución me bastarían solo diez hombres y la fe absoluta"
Pero por orden de Raúl volvió y el mismo día ambos hablaron hasta la noche, una conversación en la que Castro le advirtió: "Tendrás una vida mucho más interesante que la de un diplomático". Más tarde, salió junto con los hermanos Castro a un campo de tiro, donde le impresionó mucho la rapidez y energía de Fidel.
"Era un hombre único, muy inteligente y de gran coraje. Sufrió muchos atentados, pero no me sorprende que siempre lograra burlar a sus enemigos con astucia", comenta Ovsep. En una de sus conversaciones, recuerda Manasarián, Fidel le dijo: "Empecé la revolución con 82 hombres. Si tuviera que hacerlo de nuevo, lo hago con 10 o 15 y la fe absoluta. No importa lo pequeño que son, si usted tiene fe y plan de acción".
El revolucionario que nunca habló mucho
Además, Pinares le presentó a su amigo, el legendario Che Guevara. "Traduje artículos de periódicos soviéticos para el Che", cuenta el intérprete. "Nunca hablaba mucho, escuchaba más a los otros. Su aspecto mostraba una gran fuerza […] Su lema era: 'Siempre adelante, ni un paso atrás'".
Ovsep recuerda que Pinares lo invitó a participar en actividades guerrilleras, pero el intérprete se negó. Al poco tiempo, recuerda, Pinares desapareció, y un poco más tarde por la radio anunciaron que el Che Guevara había muerto, y en ese momento "no sé por qué, pero entendí que tampoco mi amigo Pinares estaba vivo […] Así perdí a mis más leales amigos cubanos".
La víspera de su partida de Cuba recibió un regalo de Fidel Castro: una grabadora japonesa. "¡Pero no es cubana!", respondió Manasarián. Entonces, Fidel, con una sonrisa, le propuso un encuentro con una mujer, pero el soviético le pidió que le regalara un cocodrilo. "Poco después este gigante de tres metros salía conmigo para Moscú", sonríe el intérprete, que todavía tiene el reptil colgado en la pared.