La congresista demócrata norteamericana Tulsi Gabbard ha presentado ante la Cámara de Representantes de Estados Unidos un proyecto de ley cuyo objetivo es que el Gobierno de su país no emplee el dinero de los contribuyentes para ayudar y armar a grupos terrorisas internacionales a través de operaciones encubiertas ni a países que patrocinen a esos colectivos.
El documento, denominado Ley para Dejar de Armar a Terroristas (SATA, por sus siglas en inglés), pretende ilegalizar que cualquier agencia gubernamental estadounidense respalde a grupos extremistas de manera directa o indirecta, ya sea con la venta de armas, entrenamiento militar o con asistencia sobre inteligencia.
Si EE.UU. aprueba esta legislación, fruto de un esfuerzo conjunto de dos representantes demócratas y otros dos republicanos, tanto los países como las personas jurídicas que patrocinan el terrorismo quedarían privados de toda financiación norteamericana.
Gabbard ha recordado que al apoyar "tranquilamente" a aliados y socios de esos dos grupos terroristas, del Frente Fateh al Sham —el antiguo Frente Al Nusra— y otros colectivos de tendencia similar "con dinero, armas y datos de inteligencia en su lucha por derrocar al Gobierno sirio".
Respetar las leyes
Más aún, esta representante del Partido Demócrata de EE.UU. ha acusado directamente a la CIA de proporcionar armas y dinero a los terroristas de todo el mundo a través de operaciones conjuntas con Arabia Saudita, Turquía y Catar, entre otros países. Para fundamentar estas afirmaciones, hizo referencias a artículos publicados en 'The New York Times' y 'The Wall Street Journal'.
Para finalizar, la congresista ha concluido que "esta locura debe terminar" y su Gobierno debe "poner fin a esta hipocresía y respetar las mismas leyes que se aplican a los ciudadanos", porque las guerras "contraproducentes" para forzar cambios de régimen en las que participa EE.UU. ocasionan estragos y "solo terminan fortaleciendo al enemigo".
Tulsi Gabbard es conocida en EE.UU. por tener una postura muy crítica ante la política exterior del todavía presidente norteamericano, Barack Obama, que califica de neoconservadora. En esta iniciativa ha recibido el apoyo del grupo Demócratas Progresistas de América (PDA, por sus siglas en inglés) y el Consejo de Paz estadounidense.