En México no todos se toman a la ligera las bravuconadas de Donald Trump sobre el muro fronterizo, de hecho, activistas por los derechos humanos de los migrantes, como el padre Alejandro Solalinde Guerra, ven serios peligros alrededor de ese discurso.
Solalinde encabeza a Hermanos en el camino, un organismo de asistencia a migrantes con base en el estado de Oaxaca, considerado uno de los más pobres del territorio mexicano.
Entrevistado por RT, explicó que las restricciones anunciadas por el presidente electo estadounidense al flujo fronterizo de personas, serán caldo de cultivo para grupos que actúan al margen de la ley.
"Sin duda alguna que las restricciones de Trump en la frontera de México, fortalecerán a los carteles de la droga, porque los migrantes obligados a salir de sus países para buscar trabajo o los que se ven obligados a regresar (por repatriaciones o deportaciones), no tendrán puestos de trabajo ni oportunidades, que sí les ofrece el crimen organizado".
Los carteles del narcotráfico saldrán fortalecidos, agrega el sacerdote mexicano, "y eso será a costa de las restricciones al flujo migratorio".
Pagados por el crimen
Precisó que los emigrados de Centroamérica no tienen posibilidades actuales de encontrar un trabajo legal en México, pero que el crimen organizado sí se las ofrece.
"Los carteles del narcotráfico ya no tienen que obligar a nadie para que les trabaje, porque son la única salida que tienen muchos ciudadanos de México y Centroamérica".
Solalinde asegura tener "información precisa" de personas asistidas por su organización, que se encuentran dentro de Estados Unidos, con trabajo remunerado, y que ya están "al servicio del crimen organizado porque les ofrecen mejoras de sueldo".
Frontera colador
Cada año, unos 2.000 migrantes centroamericanos pasan por el albergue que dirige Solalinde, luego de sobrevivir al tren de carga llamado 'La Bestia' y antes de intentar enfrentarse a la temida frontera con Estados Unidos que abarca unos 3.185 kilómetros y que toca a cuatro estados estadounidenses y seis estados mexicanos.
Muchos de esos migrantes que llegan con vida a suelo mexicano, intentarán acariciar el 'sueño americano', atravesando por alguno de los casi 12 millones de cruces ilegales.
Solo discurso
Alejandro Solalinde es, gracias a su vocación de servicio a los migrantes, el mexicano que más conoce la frontera con Estados Unidos.
"Yo conozco casi toda la frontera y puedo asegurar que la mayor parte de ese muro ya está construido", indicó el cura a RT.
Desconoce la razón por la cual Donald Trump habla de "poner lo más" si solo faltan algunos tramos "para sellar la frontera".
En opinión del activista por los migrantes, "terminar el muro", es un discurso dirigido a sectores de Estados Unidos que luego de los actos terroristas del 11-S, "se volvieron paranoicos y a ellos trata de generarles una sensación de seguridad".
Sin diferencias
Pero un cambio de partido en la Casa Blanca, no hará una diferencia para México, al menos así lo piensa Alejandro Solalinde.
"Con los demócratas tuvimos casi 3 millones de inmigrantes repatriados. Lo único que está más claro es que al menos con Trump sí sabemos a qué tirarle".
Y aunque no se limita al tema de las relaciones fronterizas, el padre opina que "México tendrá que esperar muchas humillaciones de parte de Trump y sin duda el Gobierno terminará por obedecer a Donald Trump, por muy bestiales que sean sus peticiones o recomendaciones".
Pero al detallar que el nuevo presidente proviene del mundo empresarial e "ignora todo acerca del gobierno", cree que es razón suficiente para desatar varias contradicciones que serán un detonante en la relación entre ambas naciones.
"No obstante eso ayudará a definir las cosas, pero a un alto costo social y con pérdidas humanas", dijo el padre mexicano.
Fascinados
Consultado sobre las razones que llevan a cientos de personas a perder la vida en su carrera por llegar a Estados Unidos, el coordinador de Hermanos en el camino tiene una sola respuesta:
"La fascinación de la Metrópolis, la fascinación de los dólares. Desde hace muchos años, el sistema neoliberal capitalista ha inyectado en la gente la idea del progreso como sinónimo de avance económico. Y es un sueño para los que creen que ser alguien es tener dinero".