Colombia: Conozca la última marcha de las FARC en el departamento La Guajira
Este 1 de febrero, alrededor de 300 guerrilleros del bloque Martín Caballero, que forma parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), abandonaron la zona rural llamada Y de las Marimondas, ubicada en el corregimiento de Conejo (La Guajira, Colombia), para dirigirse al último campamento de su vida como alzados en armas.
Tras una marcha de 10 kilómetros, en la que cada combatiente cargó 35 kilos —incluidos su equipo de campaña y su arma—, ingresaron al Punto Transitorio de Normalización (PTN), una una explanada de cuatro hectáreas situada en la vereda Pondores. Al frente iba el comandante Iván Márquez.
Escenas similares ocurrieron en otros 25 sitios que el Gobierno colombiano ha reservado para que 6.300 guerrilleros realicen su tránsito a la legalidad.
RT entrevistó a Alirio Córdoba, uno de los comandantes del Martín Caballero, quien explicó que, cuando llegaron, el pueblo de La Guajira "nos recibió muy entusiasta", en "un encuentro emotivo donde no faltó el acordeón y el vallenato" —música típica de la zona—, en "un canto a la paz y la alegría por la reconciliación de la familia colombiana".
Sin embargo, la alegría duró poco tiempo.
Inhóspito
Córdoba narró que la guerrilla esperaba concluir la marcha en un lugar habitable, pero "solo encontramos un terreno inhóspito, desértico, que no brinda las condiciones de habitabilidad mínimas como agua potable, electricidad, sanitarios o habitaciones".
Una de sus mayores preocupaciones es la falta de condiciones para "varias compañeras guerrilleras" que se encuentran en un estado avanzado de gestación, mientras que otra posee "una bebé de dos meses".
El futuro campamento de Pondores está en la fase inicial de construcción, con lo cual aún "es un peladero muy soleado" y "bastante inhóspito"; además, "con la constante polvareda", resulta "difícil hasta respirar".
Sobre los acuerdos
Según "reza el acuerdo" entre ambas partes del conflicto, una vez realizados los traslados de insurgentes a las zonas transitorias el Gobierno se comprometía a facilitar las condiciones para el asentamiento, detalla Alirio Córdoba.
Este comandante confirma que "nosotros íbamos a ayudar en la construcción de las habitaciones, mientras el Gobierno se encargaría de las zonas comunes —aulas de clase, auditorios, cocinas, sanitarios, canchas deportivas o zonas de recepción para atender la comunidad— porque debemos hacer pedagogía de paz. ¡Nada de eso está hecho!".
Por este motivo, la guerrilla destinó todo el personal con el que cuenta para las tareas de construcción de las áreas comunes.
Los riesgos
El hecho de que las zonas señaladas para albergar a los guerrilleros aún no estén concluidas no es un detalle menor. Alirio Córdoba observa dos problemas derivados del incumplimiento gubernamental.
En primer lugar, "se puede retrasar el cronograma para la entrega de las armas por parte de las FARC-EP" porque ese proceso "requiere de unos pasos logísticos previos". En segundo término, "se envía un mal mensaje, no solo a la guerrilla, sino a todo el pueblo colombiano. ¿Qué podrían esperar sobre la implementación de los acuerdos si comenzamos con estas mentiras? Definitivamente, el incumplimiento es un mal mensaje para el pueblo".
La palabra empeñada
A pesar de señalar las fallas gubernamentales, el secretariado de las FARC mantiene su posición de cumplir su parte del acuerdo.
La guerra en Colombia se inició en 1964 y, tras 52 años de conflicto, se firmó un histórico acuerdo de pacificación entre el Gobierno y la guerrilla. En opinión de los insurgentes, el pacto presenta muchos inconvenientes por la falta de voluntad del Ejecutivo de Juan Manuel Santos.
Sin embargo, "la sola decisión de trasladar el Bloque Martín Caballero hasta Pondores, teniendo conocimiento del estado de inhabitabilidad de las zonas veredales y puntos transitorios, es una prueba de que los guerrilleros honramos nuestra palabra y vamos a seguir cumpliendo. Lo estamos haciendo. Es el mejor mensaje que podemos darle a los colombianos".
Ernesto J. Navarro