Trump y Xi Jinping se ven las caras en una cumbre histórica: ¿Saldrá China vencedora?
El presidente de China, Xi Jinping, viaja este jueves a EE.UU. donde mantendrá su primer encuentro oficial con el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, lo que marcará la línea de desarrollo de las relaciones bilaterales entre las dos potencias.
Ambos mandatarios se reunirán los días 6 y 7 de abril en la residencia de Trump en Mar a Lago (Florida). La agenda de las negociaciones se centrará en las relaciones bilaterales, en particular, el desequilibrio comercial, la cuestión de Taiwán, la disputa sobre el mar de la China Meridional y el desarrollo nuclear de Corea del Norte.
En vísperas de la reunión, el Ministerio chino de Exteriores señaló que Pekín espera que la reunión concluya con éxito, mientras que el mandatario norteamericano, calificó el encuentro de "muy difícil".
"China es estable y EE.UU. se enfrenta a una sociedad dividida"
Debido a su temperamento y su costumbre de hacer declaraciones inesperadas, Trump podría ser el presidente estadounidense más impredecible con el que se jamás se ha encontrado un líder chino.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca, que afirma ser un maestro de las negociaciones, también tendrá que calmar a sus aliados, entre ellos a Japón, Corea del Sur y Australia, que recelan del rápido ascenso de Pekín y han depositado su confianza en Washington para que contrarreste la influencia de China en la región.
Sin embargo, en marcado contraste con la autoridad indiscutible de Xi Jinping en su país, Donald Trump se encuentra en una posición mucho más débil, incapaz por el momento de llevar a efecto las políticas que prometió y en medio de investigaciones sobre los supuestos vínculos de su Administración con Rusia.
"El equipo de Trump está muy ansioso, afronta una gran resistencia en el país con el Congreso y las protestas", comenta Zhang Haibin, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de Pekín al periódico británico 'The Guardian'. "La situación política nacional de los dos líderes no es la misma: "Xi Jinping es 'el núcleo' y China es muy estable. Trump aún tiene que afianzar su autoridad en EE.UU. y se enfrenta a una sociedad dividida", explica el profesor chino, subrayando que la estrategia de Washington en China todavía no se ha formado completamente.
Guerra comercial y manipulación de la moneda
Se espera que uno de los principales temas de discusión en la próxima reunión sea el comercio bilateral, motivo reiterado de descontento para el mandatario estadounidense.
Una semana antes de su cita con el presidente chino, Donald Trump afirmó a través de su cuenta en Twitter que el encuentro con China "será muy difícil" porque -dijo- "ya no podemos tener déficits comerciales masivos y pérdidas de puestos de trabajo". En este sentido, el alto funcionario de la Casa Blanca, James S. Brady, subrayó que las relaciones comerciales y económicas con China son cada vez más difíciles de mejorar y agregó que EE.UU. quiere que Pekín "reduzca las barreras sistémicas al comercio que han creado".
Por su parte, el Ministerio chino de Exteriores reconoce que el desequilibrio comercial con Washington es una "realidad objetiva", si bien pidió un análisis completo y objetivo de las causas de este problema. "De ninguna manera China tiene la intención de tener un superávit comercial. Tampoco tenemos ninguna intención de estimular las exportaciones a través de la devaluación del yuán", recalcó a finales de febrero un portavoz del Ministerio de Exteriores de China, que recalcó la intención de Pekín de reducir el desequilibrio comercial con Washington.
La cuestión nuclear de Corea del Norte
Entre las diversas cuestiones que estarán sobre la mesa en el encuentro de Trump y Xi Jinping, figura el desarrollo de las armas nucleares por parte de Corea del Norte, cuyo único socio es China.
Ante la frecuencia de las pruebas atómicas de Pionyang, el presidente estadounidense advirtió que tomará acciones unilaterales para eliminar la amenaza nuclear de Corea del Norte si China no intensifica su presión contra Pionyang. En respuesta a la pregunta sobre una posible retirada de las tropas estadounidenses de la península coreana a cambio de que Pekín presione a Pionyang, el mandatario afirmó: "Si China no resuelve el problema de Corea del Norte, lo haremos nosotros", sin dar más detalles.
Por su parte, Pekín dejó claro que seguirá abogando por la reanudación de las conversaciones sobre la cuestión de Corea entre seis países (China, EE.UU., Japón, Rusia, Corea del Norte y Corea del Sur), y que continuará insistiendo en que Estados Unidos y Corea del Sur detengan las maniobras militares a cambio de que Pionyang ponga fin a su programa nuclear.
"Hay que buscar una solución que satisfaga a todas las partes. Hemos propuesto 'una concesión por otra concesión': detener el desarrollo del programa nuclear de Corea del Norte a cambio de detener los ejercicios militares de Estados Unidos y Corea del Sur", insistió el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Por su parte, el periodista Pedro González Munné opina que China tiene ahora ante sí una "gran oportunidad para emendar su relación" con EE.UU. Asimismo, recuerda que Corea del Norte es un asunto "muy delicado" para Pekín.