La Península coreana sigue sumida en una escalada de tensión. Esta semana, el vicepresidente de EE.UU., Mike Pence, ha realizado una nueva advertencia al Gobierno de Pionyang al afirmar que Washington "siempre buscará la paz", pero "el escudo está en guardia y la espada, preparada".
Los expertos consultados por el diario 'Vzgliad' han detallado cómo se desarrollaría un hipotético conflicto militar entre EE.UU. (y sus aliados) y Corea del Norte.
Ataque de EE.UU. contra intereses nucleares
El experto militar Konstantín Sivkov estima que en primer lugar, EE.UU. realizaría un ataque preventivo de misiles contra objetos del complejo nuclear de Corea del Norte y las posiciones de sus misiles que, según los cálculos de Washington, podrían alcanzar territorio estadounidense.
El analista estima que es poco probable que EE.UU. utilizara para este propósito más de 100 misiles, una cantidad que podría destruir o afectar entre 10 y 15 elementos de la infraestructura militar, pero no podría superar o hacer mella en la defensa aérea de Corea del Norte.
Respuesta de Corea del Norte
Corea del Norte respondería como mínimo con un ataque masivo de misiles no nucleares, pronostica Sivkov, quien precisa que Pionyang podría utilizar misiles balísticos de corto y medio alcance con un rango de hasta 500 kilómetros. Según el analista, "sería suficiente para causar graves daños a Seúl, destruir aeródromos, puestos de mando y otros objetivos de control similares en Corea del Sur".
Además, Pionyang posee su artillería de cañón cerca de las zonas fronterizas. Su alcance quedaría a unos 20 o 30 kilómetros del territorio surcoreano, recuerda el especialista en el programa militar de Corea del Norte Vladímir Jrustaliov.
También cuenta con lanzacohetes múltiples pesados de calibre 240 y 300 milímetros, los últimos con un alcance de hasta 180 a 200 kilómetros, con lo que podrían alcanzar una serie de importantes bases de los Ejércitos de Corea del Sur y EE.UU.
Finalmente, si Washington decidiera emprender una guerra a gran escala, Pionyang podría recurrir a las armas nucleares, admite Sivkov.
En la misma línea, Jrustaliov señala que algunos misiles balísticos norcoreanos capaces de transportar una cabeza nuclear pueden llegar "a todo el territorio de Corea del Sur y Japón", y tanto "los Ejércitos y las ciudades" de estos países como las fuerzas estadounidenses en su territorio están "dentro del alcance de estos misiles".
Protección de los aliados y contragolpe
- Para proteger a Corea del Sur de los misiles del Norte se utilizan los sistemas de defensa aérea Patriot.
- Frente a la costa surcoreana se encuentran los destructores estadounidenses equipados con sistemas de defensa Aegis.
- Este lunes del 17 de abril Washington y Seúl acordaron un pronto despliegue del sistema antimisiles estadounidense THAAD en territorio surcoreano.
Según los expertos de 'The National Interest', los misiles de Corea del Norte podrían "saturar" los sistemas de defensa antimisiles. Al mismo tiempo, los analistas señalan que EE.UU. y sus aliados estarían en condiciones iguales o incluso más favorables para un contragolpe con misiles.
De manera paralela, la coalición podría usar un escenario de guerra terrestre. No obstante, para poder luchar contra Pionyang tendría que crear una agrupación de fuerzas aproximadamente 1,5 veces mayor que la que formaron en Irak en 1991, estima Konstantín Sivkov.
Posibles consecuencias
Las consecuencias de este conflicto son difíciles de calcular. En cualquier caso, opina Sivkov, una guerra a gran escala en la Península supone un riesgo extremadamente alto del uso de las armas nucleares por parte de Pioyang que provocaría "enormes bajas civiles" en Corea del Sur y Japón, así como víctimas entre las tropas de EE.UU.
El experto recuerda que la potencia de la carga nuclear utilizada por Pionyang durante la prueba en septiembre del año pasado fue mayor que la de las bombas lanzadas sobre Hiroshima, lo que supone que los efectos serían comparables.
Además, cualquier uso de armas nucleares por parte de Corea del Norte contra la del Sur provocaría una respuesta inmediata de EE.UU.: hablamos "de entre seis o siete a diez explosiones nucleares con sus correspondientes consecuencias", asevera Sivkov.
Otro peligro sería la destrucción de las plantas de energía nuclear de Corea del Sur o de la central nuclear norcoreana de Yongbyon. Además, la contaminación radiactiva podría afectar a las áreas adyacentes del noreste de China y la región rusa de Primorie.