Con la llegada este sábado al mar del Japón del portaaviones de propulsión nuclear USS Carl Vinson (CVN-70), Corea del Sur y EE.UU. inician maniobras militares en el mar del Japón en medio de crecientes tensiones con Corea del Norte.
Su objetivo: "Disuadir las provocaciones"
De acuerdo con la agencia surcoreana Yonhap, las acciones dieron comienzo a las 18:00 (hora local), solo algunas horas después de que el gobierno de Kim Jong-un llevara a cabo un nuevo lanzamiento fallido de un misil balístico.
Altos mandos de la Armada surcoreana afirman que las prácticas son resultado del deterioro en las relaciones con Pionyang y sus crecientes amenazas, y tienen como objetivo, "disuadir las provocaciones" y "fortalecer la preparación de la alianza militar" entre Seúl y Washington.
Según subrayan, la principal idea de las prácticas es la puesta a punto del sistema de alertas de misiles, también conocido como ‘LINKEX’. Este se encarga de monitorear, localizar e interceptar cualquier misil balístico intercontinental.
Al respecto, una reciente editorial de Bloomberg considera que el grupo naval que encabeza el portaaviones USS Carl Vinson no puede derribar misiles balísticos porque, aunque posee una gran potencia de fuego, no está equipado con sistemas diseñados para impedir que Kim Jong-un ataque algún territorio enemigo con armas de largo alcance.
Francia entra en escena
En el marco de la llegada del USS Carl Vinson a Japón, el buque de asalto anfibio francés Mistral arribó a la base naval nipona de Sasebo, con el fin de participar en ejercicios militares conjuntos con EE.UU. y el Reino Unido el próximo mes de mayo.
Al respecto, el embajador de Francia en Japón, Thierry Dana, aseguró que no se esperaba que la visita del buque coincidiera con la prueba armamentística de Pionyang.
Esfuerzos para relajar el conflicto
Estas maniobras llegan tras una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU en la que hubo esfuerzos para neutralizar el programa nuclear norcoreano. En dicho encuentro, que estuvo presidido por el secretario de Estado Rex Tillerson, Rusia y China abogaron por la búsqueda de alternativas pacíficas para relajar el conflicto.
Mientras tanto, Corea del Norte sostiene que se reafirma en su derecho a tener un programa nuclear con fines defensivos, como única manera de garantizar la paz y la estabilidad regional, amenazada por EE.UU.