La primera visita internacional del presidente de EE.UU., Donald Trump, desde que ostenta el cargo, al igual que la mayoría de sus movimientos, está generando una gran atención y planteando multitud de preguntas. A diferencia de sus predecesores (que escogieron los países vecinos o Europa para 'estrenarse'), Trump viajó el sábado pasado a Arabia Saudita, donde partició en dos cumbres, firmó un acuerdo armamentístico multimillonario, recibió la Orden del Rey Abdelaziz y posó sus manos sobre una llamativa 'bola mágica'. Su gira prosiguió después por Israel y el Vaticano.
Sin embargo, los medios internacionales no solo siguen con entusiasmo los pasos de la agenda oficial de Trump, sino que también se interesan por lo que algunos definen como un pilar clave de su mandato: su esposa Melania.
La primera dama estadounidense siempre ha estado envuelta en un halo de misterio difícil de descifrar. Pero, en ocasiones, los gestos, las expresiones faciales e incluso la vestimenta pueden tener más significado del que aparentan a simple vista.
A continuación, tratamos de desentrañar algunos de ellos.
Melania, bajo lupa
Incluso desde antes de que Trump llegara a la Casa Blanca, la prensa ha debatido activamente no solo la biografía y la imagen de Melania Trump, sino su aparente deseo de mantenerse alejada de la primera línea política.
Medios como 'The New York Times' han apuntado que la exmodelo eslovena puede no estar del todo cómoda con el rol que le ha tocado desempeñar, destacando su "comportamiento evasivo" y de "esfinge". En esta línea, y como ejemplo de ello, apuntan hechos como que Melania se haya negado desde el primer momento a mudarse con su marido a la Casa Blanca. Esta decisión se justificó por su deseo de estar cerca de su hijo Barron en Nueva York hasta que terminara su año escolar.
Sin embargo, a pesar de este deseo de Melania de distanciarse de los focos, en cada una de sus apariciones públicas se convierte en 'blanco de tiro' para la prensa y los internautas, que inspeccionan hasta el más mínimo de los detalles sobre su persona y sobre la relación con su marido.
Como era de esperar, ya en la primera parada de la gira por el extranjero de Trump, el nombre de su esposa estuvo en boca de todos. En esta ocasión fue por el código de vestimenta o, para ser más precisos, por su interpretación. Al aterrizar en suelo saudita, tanto Melania como Ivanka bajaron del avión con la cabeza descubierta y aparecieron en las reuniones oficiales sin velo o 'hiyab'.
La presentadora Muna Abu Sulayman, conocida como la 'Oprah de Oriente Medio', sostiene que esta acción no es percibida como ofensiva por los sauditas: "no obligamos a nadie a cubrirse la cabeza, a menos que sea en un lugar para la oración".
Tanto es así, que incluso algunos medios locales alabaron el estilo elegido por Melania, que parecía proponer un mensaje de armonía entre Oriente y Occidente: su larga túnica negra conjuntada con accesorios dorados constituían algo moderno a la vez que tenía reminiscencias del vestido tradicional de la mujer árabe: la 'abaya'.
Los medios de comunicación occidentales calificaron el estilo de la mujer y la hija del presidente de "generador de noticias" e hicieron referencia a su cabeza descubierta, pero en un sentido diferente. Algunas periodistas recordaron las palabras de hace dos años de Trump, cuando publicó un mensaje en Twitter criticando a la mujer de Barack Obama por hacer exactamente lo mismo que ha hecho ahora su esposa. Entonces, Trump tildó de "ofensivo" el gesto de Michelle de no cubrirse el cabello durante su visita a Arabia Saudita.
Many people are saying it was wonderful that Mrs. Obama refused to wear a scarf in Saudi Arabia, but they were insulted.We have enuf enemies— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 29 de enero de 2015
Por su parte, la portavoz de la primera dama explicó que Melania había escogido cuidadosamente cada una de las prendas que usó durante su primer viaje internacional y recordó que el protocolo oficial saudita no requiere a sus invitados que se cubran la cabeza. Así, la canciller alemana Angela Merkel y la primera ministra británica Theresa May actuaron del mismo modo este año.
¿Protesta silenciosa?
Tanta es la curiosidad que despiertan sus trajes, que algunos han tratado de adivinar el significado que hay detrás de su elección.
La revista Hollywood Reporter ha analizado en detalle el vestuario escogido por la 'first lady' durante su visita a Arabia Saudita; en particular, su vestido caqui de inspiración militar y su traje blanco, que destacaba enormemente entre los de color negro que vestían el resto de mujeres.
La publicación definió estas elecciones como una especie de "protesta silenciosa" contra las tradiciones patriarcales de la región, donde la segregación por género es la norma y las mujeres se ven privadas de multitud de derechos.
Sin embargo, uno días más tarde, durante la reunión con el papa Francisco en el Vaticano, Melania siguió al pie de la letra el protocolo –recomentable pero no obligatorio- de vestir de estricto negro y con velo.
Más allá de los gestos
La llegada de Melania a Israel estuvo marcada por un incidente algo ambiguo que fue accidentalmente captado por las cámaras de los periodistas. En plena alfombra roja del aeropuerto de Tel Aviv y ante la mirada de toda la comitiva local, Trump intentó tomar de la mano a Melania, quien caminaba a su lado, pero la primera dama la rechazó ágilmente con un gesto frío.
Rápidamente, los medios comenzaron a especular sobre la causa de esta acción, afirmando desde que Melania simplemente quería mantener las apariencias hasta que decidió no cogerle la mano a su marido para darle a entender que no quiere ser tratada como una niña pequeña.
Otra situación similar tuvo lugar cuando la pareja presidencial aterrizó en Italia: durante el saludo desde el Air Force One, Trump trató de tomarle la mano a su esposa, un gesto que ella rechazó apartando la mano para arreglarse el pelo.
Como era de esperar, en seguida empezaron a surgir rumores sobre los posibles problemas matrimoniales –algunos medios incluso reportaron que Melania en realidad odia a su pareja en silencio-, aunque no es la primera vez que este asunto ocupa las páginas de los medios.
Durante la investidura de Trump, se viralizó un video que parecía mostrar los verdaderos sentimientos de Melania respecto a su marido. En él, se apreciaba cómo cambiaba de expresión en cuanto el presidente apartaba su mirada de ella: su sonrisa aparentemente amigable se convertía inmediatamente en un rostro serio.
pic.twitter.com/IDrGPkJQSl— Marv (@marv_vien) 23 de enero de 2017
Tras esta escena, se popularizaron en las redes etiquetas como #FreeMelania ('Liberen a Melania') y #SaveMelania ('Salven a Melania') -que han vuelto a ser 'trending topic' en ocasiones posteriores- e incluso algunos manifestantes de la marcha celebrada por el Día Internacional de la Mujer salieron con pancartas que jocosamente rezaban: "Melania, parpadea dos veces si necesitas ayuda" .
En esta misma línea, algunos medios han insistido en la idea de que la propia primera dama "está pidiendo auxilio en silencio", citando como ejemplo de ello la ocasión en la que dio 'me gusta' -algunos dicen que de manera accidental- a un tuit del ecritor y productor Andy Ostroy. En este, Ostroy había hecho una broma diciendo que el único muro que el presidente Trump ha construido es uno entre Melania y él.
Inmediatamente, la red social se incendió con capturas de pantalla del polémico 'like', que fue retirado como por arte de magia a los 45 minutos.
Su lado más humano
Pero hablando de gestos, estos no son los únicos que llamaron la atención a la prensa internacional. En una rueda de prensa tras la reunión de Donald Trump y el presidente israelí Reuven Rivlin, las esposas de ambos líderes llegaron al lugar tomadas de la mano.
Melania trataba así de ayudar a Nehama Rivlin, que padece fibrosis pulmonar y no podía caminar al mismo ritmo que el resto de la delegación. Este gesto de solidaridad causó sensación en las redes, donde muchos alabaron esta muestra de humanidad.
Otro motivo de elogio fueron las actividades escogidas por la primera dama e Ivanka Trump durante esta gira internacional. Por ejemplo, sus eventos en Arabia Saudita se centraron en el empoderamiento de las mujeres: la primera dama visitó un centro de servicio atendido solo por mujeres, mientras que su hijastra acudió a una mesa redonda sobre los derechos y las cuestiones de independencia económica de las mujeres.
Con ocasión del viaje a Roma para reunirse con el papa en el Vaticano, Melania visitó el primer hospital para niños de Italia, fundado en 1896, e Ivanka se reunió con mujeres víctimas de trata.
¿Qué esconde su Twitter?
La documentalista y publicista estadounidense Kate Imbach ha llevado a cabo un exhaustivo estudio del comportamiento de Melania en Twitter en los últimos años con el objetivo de determinar cómo se percibe a sí misma –consciente o inconscientemente- en su papel de primera dama.
Así, presta especial atención a una 'selfie', la única posteada junto a su marido en tres años. En ella predomina el paisaje y contrasta el hecho de que mientras la cara de Trump aparece en su totalidad, de Melania solo se ven sus ojos y en la sombra.
Golf w/ @realDonaldTrump@TrumpTurnberry ❤️ pic.twitter.com/46hbP6MIJF— MELANIA TRUMP (@MELANIATRUMP) 1 de julio de 2014
Además, la mayoría de las fotografías de su marido e hijo fueron realizadas desde atrás, apareciendo estos de espaldas. "Ella vive en un segundo plano", destaca la publicista.
Watching @CadillacChamp@TrumpDoral w/ my two boys @realDonaldTrump@BARRONTRUMP#golf ⛳️ pic.twitter.com/5PP5thva4o— MELANIA TRUMP (@MELANIATRUMP) 9 de marzo de 2014
"Ella vive detrás del cristal, en los coches, en su casa, en jets privados y en centros turísticos privados. Ni siquiera sale del coche en los lugares emblemáticos o a dar un paseo por el parque. Nunca se encuentra con la gente (…) está viviendo en un cuento sombrío y en los cuentos, la mujer atrapada en la torre no puede salvar a nadie más que a sí misma", concluye Imbach.
¿Influencia en la sombra?
El comportamiento de la primera dama es observado también desde el punto de vista del poder de la jerarquía familiar. Mientras algunos le asignan un papel de "víctima", otros se refieren a ella como una "eminencia gris", un término utilizado para describir a un consejero de soberanos que opera de forma no oficial.
El portal Politico hace hincapié en que no hay que subestimar la influencia de Melania en los asuntos de su marido, destacado que ostenta "un silencioso rol" de "observadora privada" que contrasta con su imagen pública. Fuentes cercanas apuntan que Melania es una de las pocas personas a las que el presidente llama en plena noche para pedirle opinión y consejo.
Asimismo, la describen como una "ávida consumidora de noticias" que alerta a su marido sobre las historias que ella piensa que le pueden hacer quedar mal.
La publicación afirma que la primera dama se muestra escéptica acerca del portavoz oficial de la Casa Blanca, Sean Spicer, y que está seriamente preocupada por los ataques anónimos que Trump pueda recibir por parte de miembros de la Administración presidencial.
"Ella estaba preocupada cuando hubo esas ridículas reacciones a unas declaraciones de Trump. [Trump] nos decía: 'Melania dice esto' 'Melania me dijo aquello'", cuenta el exconsejero de su campaña, Sam Nunberg.
Por su parte, Roger Stone, viejo amigo de Melania, sostiene que ella es mucho más razonable de lo que se tiende a pensar: "es muy reservada y muy inteligente. Cualquiera que crea que es un maniquí, se equivoca". Otro antiguo amigo, el exagente de modelos Paolo Zampolli, dice que ella "ama incondicionalmente" a su marido y se preocupa realmente por él y trata en todo momento de protegerlo.
Yulia Nitchiporenko