Modernizar la flota de dragaminas, rompehielos y otros barcos auxiliares significa aumentar las capacidades de combate de los navíos y buques de asalto, sostienen los militares rusos. 61 barcos nuevos de estas clases se incorporarán a la Armada de Rusia entre el 2017 y el 2020, 10 de ellos este mismo año.
Dragaminas de material compuesto
40 barcos detectores y destructores de minas llegarán a la Armada rusa en los próximos 15 años. Según detalló en declaraciones a RT un portavoz del Ministerio de Defensa ruso, se trata de los dragaminas clase Alexandrit (proyecto 12700), construidos con materiales compuestos. Su armazón consiste en la fibra de vidrio, que es 3,5 veces más ligera que el acero.
El uso del plástico reforzado con vidrio y otros materiales compuestos permite solucionar varios problemas. El barco resulta menos visible para los radares del enemigo y ahorra combustible. En caso de detonación de una mina o impacto de un proyectil o torpedo en el armazón, su expectativa de vida útil después de su reparación será mucho más larga.
Los militares aseguran que los dragaminas del proyecto 12700 cuentan con un enorme recurso para su modernización posterior. Estos barcos van a ser la matriz de la flota de desminado para el próximo medio siglo.
El primer dragaminas de la serie, BT-730 Alexánder Óbujov, forma parte de la Flota del mar Báltico y es un orgullo de la Armada. El barco tiene el armazón sólido de plástico reforzado con fibra de vidrio más grande del mundo. Su desplazamiento llega a 890 toneladas, tiene 61 metros de eslora y 10 de manga.
Los dragaminas clase Alexandrit fueron diseñados en la oficina proyectista Almaz, con sede en San Petersburgo. Los construyen los astilleros de esa misma ciudad, en la única planta que puede moldear los armazones sólidos de hasta 80 metros de eslora.
Por el momento Rusia tiene 48 dragaminas y buques de minado de distintas clases, incluidos los destinados a aguas fluviales. Cuando el proyecto 12700 esté cumplido esta flota estará renovada al 50%.
Los dragaminas modernos tienen una variedad de funciones relacionadas tanto con la búsqueda de minas y el desminado, como el minado de aguas y el acompañamiento de otros buques a través de las líneas de minas. Para encontrar las minas usan tanto el sonar, como aparatos sumergibles no tripulados.
Tareas para el Ártico y expediciones lejanas
El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, dijo en mayo pasado que la demanda de los nuevos barcos de apoyo se formó a partir de la experiencia obtenida durante la operación antiterrorista en Siria. Una actuación eficaz de las fuerzas de combate "es imposible sin una moderna flota de apoyo", afirmó.
Estos barcos nuevos cumplirán las tareas de abastecimiento técnico y material en las bases navales, las zonas operacionales próximas a cada flota y en las expediciones lejanas a través de los mares y los océanos, incluido el Glacial Ártico, explicó el ministro.
La exploración de la región ártica urge una flota de rompehielos. Hace exactamente un año los astilleros de San Petersburgo botaron el primer rompehielos militar fabricado en 45 años. Se llama 'Iliá Múromets', es diésel-eléctrico y encabeza una serie, designada como el proyecto 21180. El barco tiene 85 metros de eslora y 20 de manga y puede superar hielos de hasta 80 centímetros de profundidad.
La tarea estratégica es incrementar el número de navíos y fragatas dentro de la Armada rusa. Actualmente 50 de ellos están en servicio, mientras que el número total de buques de guerra llega a los 210. Hay solo un crucero portaaviones, seis cruceros de misiles, diez fragatas antisubmarinos, seis destructores, nueve fragatas patrulleras y 19 grandes buques de asalto anfibios.
No todos estos buques se encuentran simultáneamente aptos para combate. Algunos están siendo reparados, modernizados o pasan mantenimiento técnico.
Los 'líderes'
Entre los proyectos rompedores en el sentido tecnológico, son muy esperanzadoras las fragatas clase Burevéstnik (proyecto 11356), de las cuales solo dos se encuentran incorporadas, ambas en la Flota del mar Negro. Potencialmente sirven para expediciones ultramarinas. Su desplazamiento es de 4.000 toneladas, tienen 124 metros de eslora y 15 de manga, el alcance de navegación llega a 4.850 millas náuticas (cerca de 9.000 kilómetros).
Otra clase de fragatas en construcción se desarrolla dentro del proyecto 22350. La cabeza de ellas es Admiral Gorshkov, que está pasando las pruebas estatales. Tres están siendo construidas, una de ellas botada desde el 2014. Dos más han sido contratadas, pero los planes de Defensa incluyen 15.
Los destructores clase Líder son el proyecto (número 23560) más clasificado de todos los que están siendo desarrollados en Rusia. Se trata de unos buques de 200 metros de eslora y 20 de manga, con un desplazamiento estimatorio de 17.500 toneladas.
El primero de la serie será metido en un astillero en el 2018. La agencia TASS informó el año pasado que el Ministerio de Defensa quería pedir ocho Líder. Su modelo se expuso en la muestra de armas Ejército 2015.
Se espera que, a cuenta del armamento más avanzado disponible, estos destructores superen a los grandes buques antisubmarinos en sus capacidades de guerra submarina y tanto a destructores como a cruceros de misiles en la defensa antiaérea. Portarán los misiles hipersónicos, una versión naval del sistema S-500, una batería antiaérea de lanzamiento vertical, un cañón de calibre 130 milímetros que dispara a 23 kilómetros y un sistema automático contra torpedos.
La decisión sobre la construcción de algún portaaviones será adoptada más cerca del año 2025. Al menos así lo ha declarado este 1 de junio el vice primer ministro Dmitri Rogozin, quien considera prioritarias otras clases de buques.
Pronóstico de un experto
El fundador del portal informativo Military Russia, Dmitri Kórnev, espera que dentro del programa armamentista para los años 2018-2025 el Gobierno ruso desembolse dinero para la compra de corbetas de materiales compuestos (proyecto 20385) y corbetas de misiles Buyán-M (proyecto 21631). Además, se sumarán a los planes existentes varias fragatas, algunos submarinos diésel-eléctricos y rompehielos.
En declaraciones a RT el experto calificó de "vaga" la situación con el lanzamiento del proyecto Líder, pero no descarta que esté incluido. Aludió también que Egipto puede ceder a Rusia los portahelicópteros clase Mistral, construidos en Francia para la Armada rusa y luego vendidos a El Cairo por motivo de las sanciones antirrusas.
"Lo ideal sería tener cuatro portaaviones, una decena de destructores, que los acompañarían y varios submarinos estratégicos nuevos. Este es el objetivo al que deberíamos llegar para encontrarnos acomodados en el océano mundial", agregó el experto. Kornev resaltó también que el desarrollo de la infraestructura de la costa debe ser otra prioridad de la Defensa rusa.