¿Dónde está 'la niña más bonita de México'? Seis años más tarde, su fotógrafo lo revela a RT
Fue en 2011 cuando el fotógrafo mexicano Diego Huerta emprendió un viaje al pueblo de Copainalá, en el estado de Chiapas, sin otro motivo aparente que continuar con un proyecto personal. Sin embargo, Huerta fue sorprendido al caer la tarde, cuando una pequeña de piel morena y ojos azules lo miraba desde el otro lado de la calle. Se trataba de Adriana, a quien pronto las redes sociales y los medios de comunicación bautizaron como 'la niña más bonita de México'.
En entrevista con RT en Español, el fotógrafo comparte los pormenores de aquel encuentro: "Adriana pertenece a una comunidad indígena llamada Zoque u O' deput, que en castellano significa 'gente de palabra', y que contrasta con la menor de edad, quien es sordomuda y no comparte rasgos físicos con la gente de su pueblo natal".
Huerta está convencido de que "al caminar por los pasillos del Mercado Popular de Copainalá, tenía que fotografiar a Adriana. Todo fue muy natural, vi a una niña sentada en un local de venta de calzado, y lo primero que aprecié fue cómo le brillaron sus ojos. No había mucha luz pero sus ojos brillaban intensamente. En ese momento ―asegura el fotógrafo― me acerqué a Adriana y platiqué con su mamá, pero ahí quedó todo. Continué con mi trabajo durante un par de horas, aunque siempre con la imagen de la pequeña en mi cabeza".
"Horas más tarde ―cuenta Diego― le sugerí a la persona que me acompañaba y que era nativa de ese pueblo, que quería fotografiar a la 'niña del mercado'. Él aceptó y regresamos a buscarla, pero ya no la encontramos. Sin embargo, mi colega casualmente conocía a la tía de Adriana; buscamos a su familiar y, efectivamente, más tarde pudimos reunirnos con 'la niña más bonita de México'. Como era menor, y lo sigue siendo, le platiqué a su mamá que quería retratarla, pero cabe aclarar que yo no lo hice con la intención de que esta fotografía rápidamente se volviera una noticia viral".
"Fue muy natural todo", platica Huerta mientras prepara otro de sus grandes proyectos fotográficos, pero ahora en la ciudad de Pinotepa Nacional, en Oaxaca. "Años atrás ―comenta― yo había aprendido un poco del lenguaje de señas, porque cabe mencionar que Adriana es sordomuda, y entonces, al percatarse de que yo intentaba comunicarme con ella en su lenguaje, se sintió en confianza o al menos así lo percibí. Tengo que admitir que al momento de tomar las fotografías hubo una química muy bonita y salió esa gran toma. Cuando la retraté ―cuenta el fotógrafo― sopló el aire, y es justo el vuelo del cabello uno de los elementos que logran la belleza y espontaneidad de esta imagen".
¿Dónde está 'la niña más bonita de México'?
Seis años después de aquel encuentro, el fotógrafo cuenta que tuvo la oportunidad de viajar nuevamente al poblado de Copainalá, en Chiapas, para continuar con uno de sus proyectos: "La hermana de Adriana me contactó a principios de este año y me dijo que ella iba a estar en el mismo lugar donde nos vimos en 2011".
"El reencuentro fue muy natural, a ambos nos dio mucho gusto volvernos a ver después de tantos años. Nuevamente, se presentaron las condiciones para fotografiarla en el mismo lugar, pero con la única diferencia de que ahora yo estaba tratando con una señorita. Fue algo muy bonito. De ser unos simples conocidos, ahora llevamos una gran amistad, seguimos en contacto a través de las redes sociales", relata el fotógrafo.
Diego es consciente de que la realidad que vive 'la niña más bonita de México' en su natal Chiapas es complicada: "Al habitar en un pueblo pequeño, como lo es Copainalá, no existen los medios o las instituciones para que siga desarrollando el lenguaje de señas de una manera más fluida o más natural. Como muchas mexicanas, su madre buscó lo mejor para ella y no lo pudo encontrar en su estado, y halló el sistema educativo que ella necesitaba en EE.UU., y fue así que se trasladaron ambas al estado de California, donde actualmente residen".
El fotógrafo sostiene con cierta nostalgia que "lo que poca gente sabe, ―y lo digo con todo el respeto que merece Adriana―, es que ella tiene un síndrome que es el que provoca la despigmentación de sus ojos. Este tipo de historias, cuenta Diego, son las que merecen mi tiempo y mi esfuerzo. México es una tierra tan vasta y tan generosa que nos hemos olvidado de agradecerle todo lo que nos ha dado durante toda una existencia. Yo le agradezco a mi país a través de la fotografía, mostrando a sus personas, a sus paisajes, a sus culturas. Espero estar cumpliendo ese cometido", concluye.
José Luis Montenegro