El nuevo motor para misiles de China es una mala noticia para EE.UU.
Pekín está desarrollando un nuevo motor hipersónico con el que sus misiles serían más veloces y tendrán un alcance hasta tres veces mayor que los actuales. Ello los convertiría en una seria amenaza para los activos aéreos y navales estadounidenses que operan en la región Asia-Pacífico, informa el diario 'The Dailly Caller'.
A principios del actual junio la Corporación de Ciencia y Tecnología Aeroespacial de China anunció la realización exitosa de vuelos de prueba de un estratorreactor, un motor que carece de compresores y turbinas. Teóricamente tiene capacidad para ofrecer mayor alcance, velocidad y maniobrabilidad al aparato al que propulsa, disminuyendo el tiempo de reacción o escape del objetivo.
La incorporación de un estratorreactor a los misiles aire-aire podría hacer de los cazas furtivos chinos de quinta generación J-20 una barrera aún más formidable en caso de confrontación con EE.UU. Esta misma tecnología también mejoraría las capacidades de combate de los misiles de crucero antibuque del gigante asiático, destaca el periódico.
Un problema para EE.UU. también en el mar
Con estos motores los misiles aire-aire chinos tendrían un alcance de hasta 320 kilómetros, una distancia tres veces mayor a la actual, y casi el doble del de los misiles estadounidenses. Además con este propulsor un misil aire-aire alcanzaría velocidades alrededor de Mach 5. En comparación, el misil aire-aire estadounidense AIM-120D logra una velocidad máxima de Mach 4.
Por su parte, los misiles de crucero antibuque equipados con un estratorreactor representarían un desafío adicional para los activos navales norteamericanos, debido a que serían mucho más rápidos. Al limitar el tiempo de reacción, se complicaría su rastreo e interceptación, alerta 'The Dailly Caller'.
Sin embargo, para concretar sus aspiraciones, China debe miniaturizar el motor, que sigue siendo demasiado grande para los misiles aire-aire. Y ello requerirá de gran cantidad de investigación adicional. Aunque lo cierto es que en sus ambiciosas metas relativas a misiles y otros sistemas armamentísticos Pekín está avanzando a pasos agigantados, finaliza la publicación.