Así fue como espías norcoreanos intentaron llegar a Corea del Sur en una 'lancha de James Bond'
En 1998, Kim Dae-jung se convirtió en presidente de Corea del Sur y adoptó una política de conciliación con Pionyang. Sin embargo, ese mismo año se produjeron varios incidentes con submarinos, en los que infiltrados norcoreanos intentaron desembarcar en la costa surcoreana, recuerda el analista militar Sébastien Roblin.
En su artículo publicado en la revista estadounidense 'The National Interest', el experto militar describe uno de los sucesos más significativos: la batalla de Yeosu, que involucró a un buque semisumergible norcoreano "al estilo de James Bond" y terminó con un intercambio de fuego y el hundimiento de la nave.
'La lancha de James Bond'
El 18 de diciembre un puesto de guardia surcoreano detectó a una embarcación, que luego fue identificada como una lancha de desembarco de infiltración sumergible perfeccionada (I-SILC) de Corea del Norte, en aguas territoriales de Corea del Sur, a unos 2 kilómetros de la costa de Yeosu. Una docena de buques surcoreanos, así como tres aviones de patrulla marítima se movilizaron para interceptarla.
La lancha, de 10 toneladas, parecía "de una película de James Bond", escribe el analista militar, quien detalla que se trataba de una motora de casi 13 metros de eslora, cubierta con pintura antirradar, que podía sumergirse tres metros con alimentación eléctrica, dejando al descubierto solo la cabina de la tripulación y un mástil de buceo plegable. Además, la I-SILC podía sumergirse completamente, entre 20 y 25 metros de profundidad, para evitar la detección, aunque carecía de un motor eléctrico para navegar bajo el agua.
El hundimiento
La Armada de Corea de Sur realizó varias advertencias y lanzó bengalas, pero la nave norcoreana las ignoró y abrió fuego contra los buques surcoreanos, después de lo cual intentó escapar, huyendo hacia el suroeste, en dirección a las aguas japonesas. Sin embargo, una hora más tarde, el barco desaceleró, tal vez porque se estaba quedando sin combustible.
Una de las corbetas surcoreanas realizó disparos de advertencia, a los que los tripulantes respondieron con fuego de ametralladora. Entonces, otra de las corbetas, de 1.300 toneladas, disparó contra la lancha con sus cañones antiaéreos y destruyó una parte de babor, haciendo que la nave se hundiera. En ese momento, solo fue recuperado el cuerpo de un buzo.
"Un pretexto para desencadenar una guerra contra el Norte"
El ministro de Defensa surcoreano exigió que Pionyang se disculpara, pero Corea del Norte negó cualquier implicación, calificando el suceso de "una farsa" destinada a encontrar "un pretexto para desencadenar una guerra contra el Norte".
Los restos de la embarcación semisumergible se localizaron finalmente el 20 de enero de 1999 y se recuperaron a mediados de marzo, con los cuerpos de dos miembros más de la tripulación dentro. Uno de ellos llevaba una tarjeta de identidad y pasaporte surcoreanos a nombre de Won Jin-wu. Según algunos expertos, se trataba de un experimentado espía que solía hacerse pasar por un hombre de negocios del sudeste asiático.
Para Sébastien Roblin, el incidente de Yeosu demostró que la infiltración naval y las operaciones encubiertas eran "parte integral" de la doctrina militar y política de Corea del Norte. De hecho, seis meses después se libraría una batalla más que considerable entre los barcos de patrulla del Sur y el Norte cerca la isla de Yeonpyeong, que dejaría más de una docena de muertos, seguida por una segunda batalla aún más mortal en la misma zona tres años después.