Negligencia ante el cambio climático: qué hizo a la Florida ser tan vulnerable ante Irma
Las autoridades del estado estadounidense de Florida son en parte responsables de los estragos que ha dejado y aún puede ocasionar en su territorio el huracán Irma, revela el periódico 'The Independent'. Su actitud —y específicamente la del gobernador Rick Scott— ante el fenómeno del cambio climático propicia la creciente amenaza de las formaciones tropicales para las costas sur de Estados Unidos.
En los meses previos a la llegada de la estación de temporales Scott esquivaba toda clase de preguntas sobre el cambio climático. Así, en junio del 2017, tan pronto como el presidente Donald Trump retiró al país del Acuerdo de París (sobre las medidas para reducir las emisiones de gases con efecto invernadero), el gobernador se negó a admitir que la actividad humana ejerciera algún impacto sobre el clima.
Hablando a la prensa que le preguntaba sobre la ecología, Scott prefirió centrarse en el compromiso del presidente con los empleos, diciendo: "No podrás invertir en tu entorno sin una buena economía".
Ahora lo que dice es "Podemos reconstruir su hogar, no podemos reconstruir su vida", cita el diario. Con estas palabras ha pedido a los residentes de Florida abandonar sus hogares de cara a la llegada de Irma.
EE.UU. no invierte en la prevención de daños
El periodista Mythili Sampathkumar cree que esta actitud negligente podría resultar en daños prevenibles en las costas de Florida y particularmente para las comunidades más pobres del estado.
Una analista en materia de energía de la Unión de Científicos Preocupados consultada por 'The Independent' indicó que más allá de las viviendas, se encuentran específicamente vulnerables ante las inundaciones los transformadores eléctricos en el condado de Miami-Dade. Se construían a sabiendas de que la potencia de las tormentas iba a crecer, pero sin tenerlo en cuenta.
Florida proporcionó fondos para salvar a los Everglades, los humedales tropicales en el sur de la península, destacó el ingeniero de la ciudad de Miami, Bruce Mowry, pero no financió el programa de prevención de inundaciones evaluado en 500 millones de dólares.
Hasta el momento, la ciudad clave del estado ha gastado cerca de 100 millones de dólares para instalar bombas de drenaje para reducir el efecto de las "inundaciones de día soleado", las provocadas por la marea alta. Hubo también unos "pocos millones" asignados por el Estado en préstamos de bajo interés para hacer frente a marismas, pero ninguna ayuda federal para ser más resistentes a los citados fenómenos.
De todas formas, "el criterio de diseño que utilizamos para el sistema de drenaje no está adaptado para los huracanes", afirmó Mowry. El ingeniero espera que los estándares de construcción de los edificios públicos puedan cambiar dependiendo del daño causado por Irma. También aboga por un "cambio de cultura general".
El cambio climático, ¡ni mencionarlo!
La colaboradora de la mencionada Unión de Científicos Preocupados, Nicole Hernández Hammer, explicó en qué consistía la 'cultura' actual de percepción del peligro proveniente de las tormentas y sus causas.
Cuando trabajaba como directora adjunta de investigación sobre un informe del cambio climático que elaboró la Universidad Atlántica de Florida, la mujer se ocupaba del tema de resistencia de la infraestructura de transporte al aumento del nivel del mar. Su equipo presentó el informe al Departamento de Transporte del estado y desde allí llamaron al equipo pidiendo que borraran casi todas las menciones al cambio climático, incluso en el resumen del informe.
"Ni siquiera pudimos mencionar la frase, pero ahora estamos todos en pánico", señaló Hammer enfatizando la situación más vulnerable de las comunidades con escasos ingresos. "Si toma un autobús, ¿cómo se supone que vaya a buscar bolsas de arena, madera contrachapada y suministros?", dijo refiriéndose a las medidas recomendadas para prepararse para el huracán.
Una preocupación especial para ella fueron las grandes grúas de construcción alineadas a lo largo de la orilla. Hernández dio la alerta por el daño que estas podrían causar a las casas cercanas y las autoridades no le hicieron caso.