Tras la Revolución de Octubre de 1917, prácticamente todo cambió en Rusia: el Gobierno, las estructuras del Estado, la economía, los hábitos, las creencias, las artes... La ideología comunista penetró en todos los ámbitos y hasta ponerle el nombre al hijo se convirtió en un acto políticamente marcado.
En el período postrevolucionario se puso de moda elegir para los recién nacidos nombres como Idea, Barricada, Továrisch ('camarada', en ruso) y hasta Ateo. El objetivo era romper con las costumbres del Imperio Ruso y propagar los nuevos ideales.
También se pusieron de moda nombres que eran compuestos por abreviaturas, como Rim, Rem, Revmark, Revvol.
- Rim - Revolución y Mundo
- Rem - Revolución, Engels y Marx
- Revmark - Marxismo revolucionario
- Revvol - Voluntad revolucionaria
Pero la tendencia número uno, sin duda, era poner el nombre en honor del 'padre' de la revolución, ya fuera su nombre, apellido, patronímico o una mezcla de todos ellos. Como por ejemplo:
- VladLEN - Vladímir Lenin
- IdLEN - Ideas de Lenin
- MarLEN - Marx, Lenin
- TroLEN - Trotski, Lenin
- ErLEN - Era de Lenin
- Ninel - Lenin escrito al revés
18.750 Lenines en Ecuador
El ideólogo comunista no solo inspiró a los padres soviéticos, sino también a los de Latinoamérica, donde el nombre de Lenin circula hasta hoy por muchos países. Un caso aparte es el de Ecuador, donde, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), desde 1917 hasta 2016, 18.750 hombres fueron bautizados con el nombre del líder bolchevique. El propio presidente actual de la nación se llama así. Y quién sabe cuántos pequeños Lenin más van a nacer tras la celebración del centenario de la Revolución.
La ciudad revolucionaria de nombre cambiante
La Revolución rusa no solo dio lugar a nuevos nombres para personas, sino también para ciudades. Es el caso, por ejemplo, de la ciudad de San Petersburgo, que en 1914 se convirtió en Petrogrado, ya que aquel año el Imperio ruso entró en guerra con Alemania y erradicó aquellos topónimos que tuvieran origen germánico, empezando por el de la capital de entonces. Con el nuevo nombre, Petrogrado entró en la historia como la ciudad de la Revolución.
Posteriormente, en 1924, la ciudad cambió una vez más su nombre y se convirtió en Leningrado en honor al líder comunista. En 1991, tras la caída de la Unión Soviética, volvió a llamarse San Petersburgo.