Les invitamos a dar un paseo por los lugares más emblemáticos en los que se desató la Revolución de Octubre de 1917. No hay mejor sitio para ello que San Petersburgo, que en aquella época llevaba el nombre de Petrogrado y fue el epicentro de la revuelta.
Un buen punto de partida para empezar el recorrido por el San Petersburgo revolucionario es la estación ferroviaria de Finlandia. Vladímir Ílich Ulianov, más conocido como Lenin, el líder bolchevique, había realizado un épico viaje en un vagón de tren sellado. Partió desde la ciudad suiza de Zúrich el 9 de abril de 1917, a través de una Europa en plena I Guerra Mundial. A su llegada a Petrogrado una semana después, pronunció un discurso clave, 'Tesis de Abril': la hoja de ruta para la Revolución de Octubre.
Sin embargo, el fracaso de los motines impulsados por el partido bolchevique en mayo y julio, obligaron a Lenin a refugiarse durante 10 semanas en Finlandia, y no sería hasta octubre que regresaría a Petrogrado.
De nuevo en esa ciudad, Lenin se instaló en el Instituto Smolny, que se había convertido en el cuartel general de su movimiento. Allí se conserva el mismísimo despacho de Lenin, en el cual tomó importantes decisiones. También se han preservado muchos documentos originales, incluso la ropa y la cama donde el líder bolchevique durmió durante dos semanas después de los hechos de octubre.
El acorazado Aurora, hoy en día convertido en museo, llegó a finales de 1916 a la ciudad para reparaciones mayores, pero se vio inmerso en los acontecimientos revolucionarios que arrancarían unos meses después. El 25 de octubre de 1917 un disparo de su cañón de popa fue la señal para el inicio del célebre asalto al Palacio de Invierno, ahora Museo del Hermitage.
El 8 de julio de ese año, el primer ministro del Gobierno Provisional, Alexander Kérensky, se instaló en el Palacio de Invierno. Sin embargo, durante el asalto al palacio, Kérensky ya no se encontraba allí y la rendición fue pacífica y sin resistencia. No es que Kérensy hubiera huido, sino que estaba buscando aliados para devolver el golpe a los bolcheviques.
Pero Lenin instauró tribunales para juzgar los delitos contrarrevolucionarios. Esto provocó los primeros enfrentamientos de la guerra civil, que se alargó hasta 1923, cuando la totalidad del país cayó en manos de los bolcheviques.