La economía y la política de Arabia Saudita se vieron sacudidas con la operación anticorrupción que derivó en el arresto de funcionarios, multimillonarios y nobles, entre ellos el príncipe Al Walid ben Talal, uno de los hombres más ricos del mundo y accionista de empresas como Apple, Citigroup, Twitter, 21st Century Fox y Disney.
En ese marco, el Banco Central de Arabia Saudita ordenó a los bancos que congelen las cuentas de decenas de personas que no están detenidas y envió una lista de cientos de nombres a prestamistas para pedirles que cumplan con la misma medida, según han manifestado fuentes anónimas a Bloomberg.
Mercado de valores a la baja
Todas estas iniciativas pusieron en riesgo alrededor de 33.000 millones de dólares que formaban parte de la riqueza de los apresados.
Asimismo, las detenciones repercutieron en los mercados locales: el mercado de valores local Tadawul abrió la semana a la baja, mientras que las acciones vinculadas a Al Walid se desplomaron cerca de un 20% desde su detención.
- Uno de los príncipes más comprometidos —11 fueron apresados, junto con cuatro ministros y decenas de antiguos altos cargos— es Al Walid ben Talid, que está acusado de lavado de dinero, soborno y extorsión.
Sobre Miteb ben Abdulá, exministro de la Guardia Nacional e hijo del anterior rey, Abdalá ben Abdulaziz (hermanastro de Salmán), pesan cargos por malversación, empleo fraudulento y adjudicación de proyectos a sus propias compañías.
- El otro integrante de la familia real involucrado es Turki ben Abdulá, exgobernador de la provincia de Riad, sospechoso de corrupción en proyectos ferroviarios y de utilizar su influencia para lograr que ganaran la adjudicación de obras empresas con las que tenía relación.