Los misiles antibuque hipersónicos rusos Tsirkón representan una amenaza real para los navíos de cualquier país, incluidos los portaaviones estadounidenses, escribe el periódico alemán Stern.
La publicación menciona la modernización de los cruceros rusos de propulsión nuclear Piotr Veliki y Admiral Najímov, a los que se planea dotar de sistemas antiaéreos S-500 y misiles de crucero Kalibr.
Pero la mayor arma de dichas naves, según Stern, será el misil 3M22 Tsirkón, cuyos parámetros técnicos están estrictamente clasificados por motivos de seguridad nacional. La información disponible especula con que tiene un alcance de hasta 600 kilómetros y alcanza una velocidad de hasta Mach 8, gracias a la cual será extremadamente difícil de interceptar.
Ese misil, que empezó a desarrollarse en 2011, ha pasado una serie de pruebas desde febrero de 2016. A finales del año pasado se confirmó que la incorporación de esta arma por las Fuerzas Armadas es solo una cuestión de tiempo. Cuando este sistema antibuque se incorpore en la Armada rusa, la situación en el mar cambiará drásticamente, estiman varios expertos.