El hombre que compró todo un pueblo en Alemania desea que le devuelvan el dinero
El comprador de una aldea en Alemania quiere cancelar la adquisición y que le devuelvan el dinero invertido, informa Frankfurter Allgemeine Zeitung.
El hombre —cuya identidad se desconoce— compró el pueblo de Alwine, en el este de Alemania (estado federal de Brandemburgo) en una subasta a fines de diciembre por 140.000 euros (173.500 dólares).
Ahora el comprador quiere romper la transacción. Afirma que el acuerdo carece de valor legal, ya que expresó su deseo de comprar únicamente por teléfono.
Andreas Claus, el alcalde del municipio Uebigau-Wahrenbrück, del que forma parte la aldea, declaró que sospechaba que "algo como esto podía suceder". Claus se reunió con el comprador en diciembre y notó que estaba sorprendido por el deplorable estado de la aldea.
El jefe de la casa de subastas Karhausen, Matthias Knake, considera que los argumentos del comprador son débiles. Hasta de que se resuelva el problema entre ambas partes, la aldea seguirá siendo propiedad del antiguo propietario, que compró el poblado en el 2000 por tan solo un marco alemán (el euro entró en circulación en el país en el 2002).
La aldea de Alwine cuenta aún con 15 pobladores. Todos ellos son personas jubiladas, con excepción de una sola familia, y no van a mudarse a ninguna parte, sino que serían 'heredados' por el nuevo propietario junto con los inmuebles.
Vestigio del pasado
La televisión belga RTL indica que Alwine es un símbolo de la República Democrática de Alemania (RDA), es decir, del pasado 'socialista'. Durante la época de la Alemania dividida, el caserío pertenecía a una fábrica de briquetas de carbón, que cerró un año después de la reunificación del país, en 1990. Para aquel momento, la aldea contaba con unos 50 residentes, pero todos los jóvenes se marcharon rápidamente a las ciudades occidentales tras la caída del Muro.
"Después de la reunificación, mucha gente se fue para buscar trabajo", comentó una experta en demografía, cuyas palabras recoge el canal. "Los empleos [perdidos] nunca han sido reemplazados en Alemania Oriental". El medio destaca que toda la antigua RDA, especialmente el campo, experimentó situaciones similares.