Soros, sobornos y la lucha de élites: ¿Qué está detrás del escándalo de Benjamín Netanyahu?
Esta semana, la Policía de Israel ha recomendado a la Fiscalía presentar cargos por corrupción contra el primer ministro Benjamín Netanyahu. Ahora la decisión la tendrá que tomar el fiscal general Avihai Mendelblit, pero los expertos señalan que puede tardar muchos meses.
Puros y champán
Se trata de dos investigaciones, los llamados casos 1000 y 2000. En el primero se acusa a él y a su esposa Sara de aceptar regalos por valor de casi 300.000 dólares, incluidos puros, champán y joyas, de dos multimillonarios: el productor de Hollywood israelí Arnon Milchan y el empresario australiano James Packer.
Se alega que Netanyahu intervino en favor a Milchan en cuestiones legislativas y negocios. Asimismo, Netanyahu ayudó a Milchan a resolver sus problemas con los trámites de un visado estadounidense, algo que fue reconocido por el abogado del primer ministro Amit Hadad, quien, no obstante, negó otras acusaciones, informa AP.
El segundo caso investiga un presunto acuerdo alcanzado con el editor del diario Yedioth Ahronoth, Arnon Mozes, para que este realizara una cobertura más positiva de las actividades de Gobierno de Netanyahu a cambio de la adopción de una ley que limitara las capacidades de su principal competidor, el periódico gratuito Israel Hayom.
Además de Netahuayu, la Policía ha pedido presentar cargos contra Milchan y Mozes, aunque no para James Packer, a quien se le trata como un testigo potencial.
Benjamin Netanyahu faces imminent police verdict over luxury gifts from film producer friend Arnon Milchan pic.twitter.com/iJqBW5vVAY
— The Jewish Chronicle (@JewishChron) 9 February 2018
No es la primera vez
"No es la primera investigación por corrupción contra Netanyahu. Supo defenderse de todas las anteriores", ha señalado en una entrevista a RT Serguéi Seregichov, profesor adjunto de la Universidad Estatal Rusa de Humanidades.
La Policía intenta demostrar que es la más fuerte. Por otra parte, hay una luchar política por el poder como en EE.UU.
Desde 1996, tanto Benjamín Netanyahu como su esposa Sara han sido objeto de 19 investigaciones policiales. Ninguna acabó en los tribunales. En el marco de esta última investigación, el primer ministro ha sido interrogado siete veces. También lo han sido su hijo Yair y su esposa Sara.
"La Policía de Israel realmente intenta lograr resultados en la lucha contra la corrupción, ante todo, en los niveles altos", comenta el politólogo israelí Avigdor Eskin. "Fue condenado el ex primer ministro Ehun Ólmert, varios ministros, y en todos los casos por acusaciones que a cualquier lector extranjero le causarían extrañeza. En ninguno de los casos hubo nada de lo que realmente se considera un soborno", agrega.
"Debe dimitir para el bien de los israelíes"
Los opositores de Netanyahu no tardaron en exigirle la dimisión. El líder del partido centrista Yesh Atid y exministro de Finanzas, Yair Lapid, ha afirmado que "por el bien de los ciudadanos de Israel, el primer ministro debe desocupar el cargo". Asimismo, ha defendido su decisión de cooperar con la Policía en la investigación.
A favor de la renuncia también se han expresado la presidenta del partido Meretz, Zehava Gal-On, el líder de la alianza Unión Sionista, Avi Gabbay, y la presidenta del partido HaTnuah, Tzipi Livni.
"Proceso ilegítimo"
La ministra de Cultura, Miri Regev, ha acusado a Lapid de intentar derrocar a Netanyahu y apartar del poder a su partido, el Likud, "de una manera no democrática". A su vez, David Amsalem, del Likud, ha afirmado que "es un proceso ilegítimo que pone en peligro a cualquier Estado democrático en el mundo".
El propio Netanyahu ha calificado las acusaciones de "parciales, extremas y llenas de agujeros como un queso suizo". Ha asegurado que su gobierno permanece estable y se ha mostrado seguro de que "la verdad saldrá a la luz y nada saldrá de esto".
"Cambio de élites"
El portal estadounidense Breitbart ha culpado al "Estado profundo israelí" del ataque contra Netanyahu. La autora del artículo, Caroline Glick, ha calificado de "extraordinario" el "paralelismo entre la acusación de Netanyahu y la caza de brujas contra el presidente Trump".
"En esta situación hay dos aspectos. La Policía intenta demostrar que es la más fuerte. […] Por otra parte, hay una luchar política por el poder como en EE.UU. Hay una campaña contra Trump por parte de los servicios secretos. En Israel vemos una situación similar", comenta Eskin.
"En Israel está teniendo lugar un cambio de élites. Aquellos que estaban en el poder desde mediados de los años 70—una élite política gobernante bastante liberal—cede lugar a fuerzas nuevas que pueden calificarse como mucho más conservadoras con el factor religioso predominante", señala el politólogo.
En opinión de Eskin, el Netanyahu conservador simboliza una tendencia a la renovación de la clase gobernante y la "corrección de Israel", por eso los opositores de este curso intentan resistir por todos los medios".
"No es un secreto que Soros directamente financie esta campaña contra Netanyahu", afirma el politólogo. La organización New Israel Fund, que recibe financiación de Open Society Foundations, participa en la organización de las protestas contra el primer ministro, asegura Eskin. El propio Netanyahu también había acusado a George Soros de financiar una campaña contra el plan israelí de deportar a solicitantes de asilo.
¿Es posible que Netanyahu dimita?
En opinión de Eskin, la posibilidad de que Netanyahu renuncie como consecuencia del escándalo es "cero". Señala que la decisión del fiscal general puede tardar "como mínimo un año". "Si el caso llega a los juzgados, según la ley, Netanyahu no tendrá que dimitir. Y en los juzgados el proceso durará unos ocho años", cree el politólogo.
Al lugar de Netanyahu llegará un primer ministro de derecha, posiblemente incluso más radical
El profesor adjunto de la Universidad Estatal Rusa de Humanidades Serguéi Seregichov, a su vez, subraya que va a ser muy difícil demostrar que el primer ministro haya infringido la ley.
Al mismo tiempo, el experto advierte que la ausencia de perspectivas para llegar a una solución al conflicto palestino-israelí y la política de deportación de migrantes ilegales, que es apoyada por la mayoría de los israelíes, tendrán como resultado que incluso sin Netanyahu en las próximas elecciones la mayoría votará a favor de un candidato de la derechas.
"Los de izquierda piensan que si se deshacen de Netanyahu, llegará al poder, sin duda, un candidato de izquierda. Esto no va a suceder. Al lugar de Netanyahu llegará un primer ministro de derechas, posiblemente incluso más radical que Netanyahu", concluye el analista.