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Secretos del éxito de la diplomacia rusa desvelados por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov

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El canciller ruso en el marco de una entrevista ha revelado qué cualidades debe tener un buen diplomático, cuándo hay que finalizar las negociaciones y cómo los 'ascensores sociales' ayudan a reemplazar a los líderes.
Secretos del éxito de la diplomacia rusa desvelados por el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov

Para convertirse en un buen diplomático hay que ser dedicado a su trabajo, estar dispuesto y capacitado para resolver problemas complejos y estar involucrado en la vida de tu país, ha revelado el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov. Además, añadió que hay que "gozar de una amplia erudición, porque hoy en el campo de las relaciones internacionales surgen problemas que van más allá del alcance de la diplomacia clásica".

Asimismo, el trabajo en el ámbito de las relaciones exteriores supone unas serias limitaciones respecto al tiempo personal del diplomático, "día laboral irregular, viajes al extranjero, con mucha frecuencia a los países con un clima difícil o con una grave situación político-militar y mucho más", ha explicado el canciller ruso en una entrevista después de encontrarse con los finalistas del concurso 'Líderes de Rusia', competencia abierta para los líderes de la nueva generación, celebrada en la ciudad de Sochi del 7 al 10 de febrero.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov
Lo más importante para tener éxito en la diplomacia […] es que te sientas involucrado en la vida que vive tu país

"Pero lo más importante para tener éxito en la diplomacia […] es que te sientas involucrado en la vida que vive tu país, que te sientas una parte integral de tu Estado y tu patria", ha subrayado Lavrov. Indicó que sin esta cualidad –que se puede llamar patriotismo o la responsabilidad del destino de tu país– sería muy difícil defender los intereses del Estado que representas en un diálogo con otros países.

Además de los criterios objetivos (como buenas notas en la universidad, magistratura y el dominio de dos lenguas extranjeras como mínimo), un diplomático debe ser una persona creativa, con una reacción rápida e intuición.

"Porque la intuición en la diplomacia es muy importante", ha asegurado el canciller ruso. "A veces, gracias a la intuición, puedes decidir muchas cosas. Por ejemplo, finalizar a tiempo las negociaciones, en una buena nota que te conviene...", indicó el ministro.

'Ascensores sociales'

Cada país tiene sus propias reglas y métodos de selección de personal. Por ejemplo, en EE.UU., donde existe el bipartidismo, se observa el cambio constante de posiciones entre los demócratas y republicanos. "Cuando en el poder están los demócratas, los republicanos pasan al negocio o la politología, la que, a su vez, es financiada por las empresas y el Estado". Después de las elecciones, si se reemplaza el partido gobernante, ambos simplemente se intercambian de ámbitos de actividad.

"De este modo surge un círculo de personas que se crían y luego se presentan para las posiciones de liderazgo", explicó el canciller. 

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov
Hoy en el campo de las relaciones internacionales surgen problemas que van más allá del alcance de la diplomacia clásica

'Líderes de Rusia'

A su vez, en Rusia por iniciativa del presidente Vladímir Putin se ha creado el concurso 'Líderes de Rusia' que ofrece los llamados 'ascensores sociales' para todos los especialistas que quieren demostrar sus cualidades de liderazgo. "No existe en otros países nada parecido a esta iniciativa del presidente ruso, Vladímir Putin, que yo recuerde", aseguró Lavrov.

"Me parece que el 'ascensor social' es la solución óptima para resolver el problema del reemplazo del personal de liderazgo con las nuevas personas", indicó el jefe de la diplomacia rusa. "Hoy me encontré con jóvenes interesados, quienes aman sus profesiones y creen que pueden hacer más por su país", subrayó.

El ministro ruso tiene una agenda muy apretada, pero trata de aprovechar cada minuto de su intenso día. "En los viajes, cuando estoy en un avión, leo los materiales para las próximas conversaciones. Cuando me voy a la cama, por supuesto, en mi cabeza abundan varios pensamientos, como en la de cualquier otra persona. Pero cada vez más estos pensamientos se transforman en planes sobre cómo organizar el día que viene, si hay unas negociaciones serias en camino; o cómo resolver de la mejor manera un problema a largo plazo. Y esto ayuda a dormir bien", ha asegurado Lavrov.

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