Creador del Novichok: El hecho de que los Skripal sigan vivos descarta la implicación de Rusia
El doctor en Ciencias Químicas Leonid Rink, uno de los creadores del agente nervioso Novichok, sostiene que Rusia no está vinculada con el ataque contra el exagente de inteligencia ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia que, según las autoridades británicas, fueron envenenados con esa sustancia en la ciudad de Salisbury el 4 de marzo.
Si el ataque hubiera sido perpetrado por los rusos en el marco de una actividad subversiva, el exagente doble de inteligencia, así como su hija, ya habrían estado muertos, ha comentado Rink en una entrevista concedida a RIA Novosti.
El profesor ha subrayado que, además, "ningún saboteador ruso de poca instrucción va a utilizar un fármaco de origen ruso y con nombre ruso", ya que existen muchas otras sustancias "más apropiadas" para este tipo de operaciones.
"Rusia no tiene motivos"
Pese a que las autoridades del Reino Unido culpan al Gobierno ruso del ataque, Rink sostiene que Skripal no representaba ningún interés para Moscú y que "está claro que Rusia no tiene motivos". Skripal "les entregó a los rusos sus contactos británicos y a los ingleses todo lo que conoció en la URSS", ha señalado el profesor.
Rink destacó que, además de la falta de motivos, el momento del ataque era desfavorable para Rusia, "a pocos días de las elecciones y poco antes del Mundial".
Además, el profesor ruso ha desmentido la información del diario The Telegraph que, citando a fuentes de la inteligencia británica, indicó que las pertenencias de Yulia Skripal fueron envenenadas cuando todavía estaba en Moscú.
"Lo que escriben sobre la transportación de la muestra [del Novichok] en la maleta de la hija es una tontería, ya que en dichas circunstancias ni siquiera habría llegado hasta Londres", ha comentado Rink, recordando que el agente nervioso Novichok surte efecto en el acto, porque es una sustancia envenenadora, no de efecto cumulativo.
El papel del químico Vil Mirzayánov, uno de los supuestos creadores del Novichok
El profesor Rink ha precisado que el Novichok ('Principante', en ruso) no es una sustancia, sino "todo un sistema del uso de armas químicas" denominado en la URSS como Novichok-5, nombre que no fue utilizado sin cifra.
Vil Mirzayánov, señalado en la prensa occidental como uno de los creadores de este tipo de armas ―quien emigró a EE.UU. en los 90 y fue el primero en informar en 1992 sobre el desarrollo del Novichok y divulgar las fórmulas― en realidad no tenía que ver con la creación de este sistema de envenenamiento y solo era un cromatografista, un químico que se dedicaba a la división y el análisis de las mezclas de distintas sustancias, hecho que admite el propio Mirzayánov, ha recordado Rink.
Sin embargo, pese a no tomar parte en las discusiones sobre los sistemas en los que trabajaban los científicos, ni en su desarrollo, Mirzayánov estaba al tanto del asunto "porque los científicos lo discuten todo entre sí" y el químico tenía acceso a todos los datos al encabezar el departamento de resistencia contra la inteligencia técnica extranjera.
¿Huella británica?
La mayor pregunta que le surge a Rink es por qué el Reino Unido no comparte con Rusia la muestra de la sustancia con la que envenenaron a los Skripal. Está seguro de que los especialistas británicos son capaces de detectar que fue precisamente el Novichok y sospecha que "fueron ellos quienes podrían haber tratado las pertenencias de Skripal o su hija", o algunas cosas en el cementerio, donde yace la esposa del exagente de inteligencia.
"Obviamente tenían que saber que aquellos días Skripal iba a ir al cementerio. Los propios británicos podrían haberlo hecho fácilmente", ha declarado Rink.
Rink ha señalado que la tecnología para crear el Novichok la tiene "cualquier país que tenga armas de destrucción masiva", como el Reino Unido, EE.UU., China y "todos los países desarrollados", así como cualquier compañía farmacéutica o corporación química, aunque "es poco probable que alguien pueda reproducir la fórmula exacta".
Sostiene que los británicos se muestran reacios a compartir la muestra de la sustancia con los rusos porque "por mucho que se esfuerzan los especialistas, la tecnología siempre será un poco diferente" y es una especie de "letra" que puede delatar al verdadero creador.
"Enseguida se dará a conocer que no es una tecnología rusa", ha declarado Rink, detallando al mismo tiempo que "las concentraciones pueden ser muy bajas y los componentes ligeros que abundan ahí ya se habrán evaporado". Lo que no podían saber los británicos ni Vil Mirzayánov son los pormenores del sistema y la composición de muchos componentes, asegura el profesor ruso.
Rink sostiene que Londres ha declarado en público que se trata precisamente del Novichok, pese a que la tecnología era conocida en el mundo, porque el nombre apunta a Rusia, concretamente a la URSS.
"Para un especialista, la implicación de Moscú por esta razón es absurda, pero en Occidente puede hacer mella. Contaban con esto", concluye Rink.